El Gobierno de Yemen pide a la ONU trasladar todas sus oficinas a Adén para garantizar su seguridad
El Gobierno de Yemen reconocido internacionalmente ha pedido este miércoles a Naciones Unidas trasladar todas sus instalaciones y oficinas a la ciudad de Adén, en el sur del país, para garantizar su seguridad después de que los hutíes se hicieran con el control de la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Saná, la capital, que se encuentra bajo control rebelde.
"Instamos a la misión de la ONU y todas las agencias a trasladarse inmediatamente a la capital provisional, Adén, y áreas liberadas", ha aseverado el ministro de Información yemení, Moamar al Eryani, en un comunicado difundido por la agencia yemení de noticias Saba.
En este sentido, ha alertado de que la operación llevada a cabo contra las dependencias de la ONU "tiene lugar después de una ola de secuestros perpetrados por la milicia hutí" y representa "una escalada de su política de represión contra organizaciones internacionales".
A principios de este mes, los hutíes --que tomaron Saná en 2014-- irrumpieron en la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y se incautaron de toda la documentación que había en su interior. Además, obligaron al personal a hacer entrega de todas sus pertenencias y de las llaves del inmueble.
El propio Volker Turk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, denunció este martes el asalto perpetrado por los rebeldes hutíes y recalcó que las milicias deben "abandonar las instalaciones y devolver todos sus bienes y pertenencias inmediatamente". Así, ha condenado la operación y ha hecho hincapié en su llamamiento a la liberación "inmediata e incondicional" de todo el personal de Naciones Unidas que ha sido detenido en Yemen durante los últimos meses.
El pasado mes de junio, los rebeldes detuvieron a trece miembros del personal de la ONU, un trabajador diplomático y más de medio centenar de trabajadores de varias ONG, según datos de Naciones Unidas. Sin embargo, los hutíes insisten en que se trata de espías que forman parte de una red que actúa en beneficio de los gobiernos de Estados Unidos e Israel.
El ministro yemení ha instado a la comunidad internacional a "poner en marcha medidas disuasorias contra los insurgentes", a lo que pide además declarar "organización terrorista".