El gobierno de RDC eleva a unos 300 muertos el balance de una matanza en noviembre
El gobierno de la República Democrática del Congo elevó el lunes a cerca de 300 el número de víctimas mortales de una masacre ocurrida el 29 de noviembre en la localidad de Kishishe (este) y que atribuye al grupo rebelde M23.
La cifra fue adelantada por el ministro congoleño de Industria, Julien Paluku, gobernador de Kivu Norte (este) de 2007 a 2019, en una rueda de prensa organizada por el ministro de Comunicación y portavoz del Gobierno, Patrick Muyaya.
El ejército había acusado el jueves al M23 de haber masacrado al menos a 50 civiles en este pueblo de Kivu Norte, cifra que el gobierno estableció al día siguiente en "más de cien" muertos.
Los habitantes entrevistados por teléfono por la AFP dijeron que tuvieron que enterrar a las víctimas en fosas comunes a petición de los rebeldes.
El movimiento rebelde rechazó las acusaciones de las autoridades congoleñas y reconoció la muerte de ocho civiles en esta aldea, asesinados según él por "balas perdidas" durante los combates con los milicianos.
Paluku y Muyaya dijeron que las cifras proceden de la sociedad civil y de una "organización que agrupa a todas las comunidades" de la región.
"Una sola comunidad cuenta con más de 105 personas muertas", dijo Paluku. "Tenemos unos 300 muertos", dijo en respuesta a una pregunta,
El M23, un antiguo grupo rebelde tutsi derrotado en 2013, retomó las armas a finales del año pasado y en los últimos meses ha conquistado grandes franjas de territorio al norte de Goma, la capital de la provincia de Kivu Norte.
El gobierno congoleño acusa a Ruanda de apoyar la rebelión, lo que también afirman expertos de la ONU y funcionarios estadounidenses, pero el país lo niega sistemáticamente.
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