El FMI calcula que la deuda pública mundial se estabilizará en el 95 por ciento del PIB hasta 2027
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la ratio de deuda pública sobre el producto interior bruto (PIB) a nivel global se estabilizará en el entorno del 95 por ciento como consecuencia tanto de la pandemia como de la situación inflacionista posterior, agravada por la guerra entre Rusia y Ucrania, según se desprende de su informe bianual 'Monitor Fiscal', publicado este miércoles.
En 2020, como consecuencia de la pandemia, la ratio de deuda pública se elevó en más de 15 puntos porcentuales, hasta el 99,2 por ciento, mientras que en 2021 descendió en dos puntos, hasta el 97 por ciento, debido a la recuperación económica.
Pese al conflicto en Ucrania y los problemas logísticos globales, el FMI calcula que la deuda pública a nivel global cerrará en el 94,4 por ciento este año, gracias al efecto positivo de la inflación en las ratios. Hasta 2024 se mantendrá en el entorno del 94 por ciento, mientras que posteriormente, hasta 2027, se estabilizará cerca del 95 por ciento.
Por grupos de países, el FMI calcula que la ratio de deuda en las economías avanzadas será del 113,1 por ciento para 2024, más de seis puntos por debajo del nivel en el que cerró en 2021. De su lado, las economías emergentes registrarán una ratio del 72,1 por ciento dentro de dos años, seis puntos más que en 2021, y los países de bajos ingresos y en desarrollo observarán un 47,8 por ciento de deuda pública, dos puntos menos que el año pasado.
En lo que respecta a los déficits presupuestarios, a nivel global se observará un desequilibrio de entre el 3,9 por ciento y el 4 por ciento entre 2023 y 2027, ligeramente superior al 3,6 por ciento de 2019.
El desajuste de las economías avanzadas se estabilizará en el 3 por ciento, el mismo nivel que en 2019, mientras que las economías emergentes observarán un déficit de entre el 5,5 por ciento y el 5,2 por ciento a medio plazo, por encima del 4,6 por ciento de 2019. Los países en desarrollo pasarán detener un desequilibrio del 3,5 por ciento antes de la crisis a situarse por encima del 4 por ciento hasta 2027.
Ante el contexto inflacionista, el FMI ha recetado a los países con crecimiento sólido y presiones inflacionistas que las políticas fiscales mantengan el rumbo desde una posición de estímulo a una posición de normalización. De su lado, los gobiernos de países emergentes o en desarrollo tendrán que priorizar ciertos gastos y elevar sus ingresos para reducir las vulnerabilidades.