El fantasma de Hillsborough se hizo presente en el Stade de France
Las escenas de caos en la final de la Liga de Campeones, el sábado en París, despertaron entre los aficionados del Liverpool, apelotonados en espacios reducidos y que recibieron gases lacrimógenos por parte de la policía francesa, el horrible recuerdo de la catástrofe de Hillsborough.
En abril de 1989, con ocasión de una semifinal de la Copa de Inglaterra entre el Liverpool y el Nottingham Forest, un gigantesco movimiento de una masa de aficionados provocó 97 muertos.
Desde el día siguiente, la policía y las autoridades habían acusado a los aficionados del Liverpool, ebrios y sin entrada, de ser los responsables, y tuvieron que pasar 20 años para que una comisión de investigación independiente dictaminase que la falta de organización de la policía y algunas de sus decisiones fueron la causa principal de la tragedia.
A pesar del llamado inmediato del Liverpool en favor de una investigación independiente sobre los hechos del sábado, muy lejos de la gravedad del drama de 1989, las autoridades francesas trataron de achacar el caso a "un fraude masivo" de entradas falsas, mientras que la UEFA justificó en un primer momento el aplazamiento de 36 minutos en "la llegada tardía" de algunos espectadores.
Una versión rechazada rotundamente por aficionados contactados por la AFP, que se quejaron de la falta de señalización en torno al estadio para guiarlos.
La ausencia de control de entradas antes de llegar a los aledaños del recinto fue asimismo señalada por testigos, lo que permitió que jóvenes de la zona se mezclasen con aficionados del Liverpool, antes de tratar de forzar la entrada al estadio.
- "Este estadio no es digno de un evento así" -
Las afirmaciones del ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, este lunes, según el cual algunas medidas tomadas por la policía "salvaron vidas" reforzaron el paralelismo con Hillsborough y el largo combate para obtener justicia.
"Eso nos recordó a Hillsborough, para los que tuvieron la mala suerte de estar allí en 1989", explicó a la AFP Ian Byrne, un diputado de Liverpool.
"Hubo una ausencia total de mando y de gestión, fue horrible", prosiguió.
"Por una final de Liga de Campeones, lo más de lo más en el fútbol europeo, ser tratado así por la policía, tener una gestión así del gentío (...) es imperdonable", estimó.
Desde bastante antes del partido, miles de aficionados fueron obligados a esperar durante horas en el exterior del estadio, retrasados por los cuellos de botella creados por la policía de camino al recinto.
"El problema no eran los aficionados, era la organización", clamó Joe Blott, presidente de Spirit of Shankly, el principal grupo de aficionados de los Reds. "Ese estadio no es digno de un evento así".
Numerosos aficionados también informaron de haber sido objeto de robos por carteristas o de otros robos con violencia al llegar al estadio.
- "Un desorden absoluto" -
"Fue un desorden absoluto, hubo gente pudo haber resultado seriamente herida o incluso muerta", explicó a la AFP Willie Miller, otro aficionado para el cual la comparación con Hillsborough tiene todo el sentido.
"Por todos lados alrededor del estadio había jóvenes del barrio con cuchillos que buscaban problemas. Gente fue agredida, les robaron su reloj, dinero, recibieron palizas. ¿Y ahora el gobierno francés acaba de decir que es culpa de los aficionados del Liverpool?", protesta.
La UEFA también está en el punto de mira, y deberá explicar la mejorable organización.
"Queremos que rinda cuentas", aseguró John Gibbons.
La UEFA anunció este lunes la apertura de una investigación independiente en torno a la final de la Champions, confiado a una personalidad independiente, el antiguo ministro portugués de Educación, Juventud y Deportes, Tiago Brandão Rodrigues, sobre "los procesos de toma de decisiones, las responsabilidades y los comportamientos de todas las entidades que participaron en la organización de esta final".
La instancia europea se comprometió también, según Darmanin, a indemnizar a los 2.700 espectadores con entradas válidas que no pudieron asistir al partido.
Pero para el diputado Byrne ello no es suficiente y pedirá a los altos responsables gubernamentales británicos que soliciten respuestas a sus homólogos franceses.
"Hay grandes eventos deportivos que se perfilan en este estadio como el Mundial de Rugbu (septiembre-octubre 2023) y los Juegos Olímpicos", indicó. "Si no extraen ninguna lección, ¿cómo asegurar que otros aficionados del deporte no vivirán lo mismo que nosotros el sábado?".
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