El expresidente Saakashvili pide ayuda a nivel internacional y vuelve a culpar a Putin de su situación
El expresidente de Georgia Mijail Saakashvili, encarcelado desde que volvió al país a principios de octubre, ha pedido ayuda a nivel internacional y ha lamentado ser un "prisionero" del presidente ruso, Vladimir Putin, al que ha culpado de su situación.
En una misiva enviada desde el hospital penitenciario de Gldani, ha instado a "todos sus amigos en todo el mundo a los que les importe la liberad" a alzar "sus voces contra la ilegalidad y la amenaza que suponen las prácticas al estilo ruso en Georgia, un país en el que la gente está luchando por la democracia y que fue en el pasado un paraíso de libertades".
Saakashvili ha recordado así que su situación ha sido calificada por la organización Amnistía Internacional de "venganza política", si bien para la Defensoría del Pueblo de Ucrania --país del cual ostenta la nacionalidad-- supone "un acto de tortura", según informaciones del portal de noticias Civil.
Así, ha señalado que lleva 46 días en huelga de hambre para "protestar por la negación de sus derechos fundamentales" y ha matizado que "a pesar del empeoramiento de sus condiciones sanitarias el Gobierno sigue negándose a trasladarlo a un hospital civil en contra de las recomendaciones del Defensor del Pueblo de Georgia y los médicos".
En este sentido, ha denunciado que se le ha negado en dos ocasiones el derecho a asistir a las vistas judiciales en su contra, al tiempo que ha advertido de que un grupo de eurodiputados tampoco ha podido visitarlo en el hospital.
Saakashvili fue condenado 'in absentia' por la comisión de dos delitos: ha sido condenado a tres años de prisión en relación con el asesinato del banquero Sandro Girgvliani y otros seis años por estar detrás de la paliza dada al diputado Valeri Gelashvili en 2005. Además, está siendo investigado por incurrir en un delito de abuso de la autoridad en el marco de las protestas contra el Gobierno en 2007, algo que ha negado en todo momento.
El exmandatario ha insistido en que suspenderá su huelga de hambre si es trasladado a un hospital civil para ser tratado adecuadamente y ha negado que sus seguidores supongan peligro alguno a la hora de ser trasladado.