El aumento de la ayuda contra el cambio climático será la gran batalla de la COP29
El debate en torno al aumento de la ayuda contra el cambio climático, sobre quién paga y cuánto, promete ser la gran batalla diplomática de la COP29, que se celebra en noviembre en Bakú.
La conferencia del clima organizada cada año bajo los auspicios de la ONU reunirá a partir del 11 de noviembre a decenas de miles de participantes en la capital azerbaiyana.
La cita se abrirá con una gran cumbre de líderes mundiales de dos días de duración.
Los expertos calculan que se necesitan aproximadamente 2,4 billones de dólares al año de aquí a 2030 para hacer frente a los enormes cambios que se quieren imponer al planeta, desde las fuentes de energía a las medidas de adaptación al cambio climático.
Esa cifra es más de veinte veces superior a los aproximadamente 100.000 millones de dólares que los países avanzados transfieren anualmente, ya sea como ayuda directa o mediante préstamos, a los países menos desarrollados.
Y esa cifra de 100.000 millones, un monto que oficialmente debe ser revisado de aquí al año que viene, sólo fue realmente alcanzada recientemente, tras años de reclamos.
Los países del Sur reclaman ese incremento de las ayudas, y al mismo tiempo, los países más pujantes dentro de ese grupo, como Brasil o Sudáfrica (miembros del G20) no están dispuestos a renunciar a la energía rápida y barata que supone el petróleo o el gas.
Los principales donantes, incluida la Unión Europea y Estados Unidos, aún no han dicho cuánto están dispuestos a pagar, y resisten la presión para poner siquiera una cifra aproximada sobre la mesa.
China, el país que más gases de efecto invernadero emite en la actualidad, mantiene su propia línea en el frente climático, tanto a la hora de repartir ayudas como de mantener bajo control su matriz energética.
La idea de incrementar las ayudas de miles de millones a billones de dólares llega además en un momento de incertidumbre política y económica para muchos donantes.
Estados Unidos podría elegir e 5 de noviembre al republicano Donald Trump para que vuelva a la Casa Blanca, apenas seis días antes del inicio de la COP29.
Trump sacó a su país del Acuerdo de París firmado por casi 200 naciones en 2015, el pacto climático más ambicioso firmado hasta la fecha, cuyo principal objetivo es mantener el aumento de la temperatura media del planeta a un máximo ideal de +1,5ºC respecto a la era preindustrial.
- "Etapa final crítica" -
Azerbaiyán, una exrepública soviética situada entre Rusia e Irán con poca experiencia en diplomacia internacional, ha instado a las partes a aprovechar al máximo la "etapa final crítica" antes de la COP29.
El miércoles, los ministros se reunirán en Bakú, la capital costera donde las plataformas petrolíferas son visibles en el horizonte, para intentar avanzar.
"Estas son negociaciones complejas; si fueran fáciles, ya se habrían resuelto, y los ministros tendrán éxito o fracasarán juntos", declaró en septiembre Mujtar Babayev, presidente de la COP29, exejecutivo petrolero y ministro de ecología de Azerbaiyán.
Algunos países en vías de desarrollo proponen una cifra de en torno a 1 billón de dólares anuales (diez veces más que la cifra desembolsada en la actualidad) para empezar a discutir.
Esos países quieren que el nuevo acuerdo cubra no solo el dinero para tecnologías bajas en carbono y medidas de adaptación como muros costeros, sino también para la recuperación de desastres, algo que los países desarrollados no quieren incluir.
Jan Kowalzig, de Oxfam Alemania, dijo que un billón sería "la estimación más baja".
"Es probablemente mucho más que eso, y eso no es lo que estamos escuchando de la Unión Europea... ni lo que escuchamos de otros países desarrollados, y ese es un gran problema", dijo.
Las negociaciones se desarrollan en realidad bajo la égida de una troika que incluye a los Emiratos Árabes Unidos, que organizaron una espectacular COP28 el año pasado en Dubái, a Azerbaiyán y Brasil, que acogerá la 30ª conferencia del clima el año que viene.
Además de las finanzas, los países del Acuerdo de París deben actualizar sus planes nacionales de lucha contra el cambio climático, un compromiso en principio previsto para febrero del año que viene.
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