Egipto sufrió "la peor década" para los DDHH, denuncian activistas

Hace diez años, Abdel Fatah al Sisi pidió a los egipcios un "mandato" para luchar contra el "terrorismo" que atribuyó a su predecesor, el presidente islamista Mohamed Morsi. Una década después, el ex mariscal gobierna un país donde se reprime cualquier tipo de disidencia, denuncian activistas.
Desde hace mucho tiempo en Egipto, "los activistas o los abogados eran encarcelados" por sus opiniones, explica a AFP la abogada de derechos humanos Mahienur El Masry.
Pero "actualmente, ciudadanos corrientes son acusados de terrorismo por una publicación en TikTok o en Facebook para quejarse del costo de la vida", asevera esta abogada.
El sistema judicial se ha convertido en un laberinto que incluso desorienta a los propios letrados.
"Todo el país vive bajo el temor de ser arrestado y detenido indefinidamente", afirma Hosam Bahgat, fundador de la Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales (EIPR).
"Hemos pasado de la autocensura a tener como rehén a toda la población", añade.
Samer al Desuki, un gerente financiero de 32 años, es uno de los casos de ciudadanos comunes y corrientes atrapados en el sistema judicial.
Fue arrestado en la calle hace más de un año y sigue en detención a la espera de un juicio. Su familia firma que no tiene vínculos con los islamistas ni con la oposición liberal, y denuncian que sus abogados no han tenido acceso a su expediente, como en todos los casos vinculados a la seguridad del Estado.
En 2022 fue absuelto tres veces de acusaciones de "pertenecer a una organización terrorista". Pero en cada ocasión volvió a ser acusado de los mismos cargos con un número de expediente distinto y sigue en detención preventiva.
- "Estado carcelario" -
Estados Unidos denuncia que Egipto, que es uno de los países que más recurre a la pena de muerte, viola los derechos humanos en numerosos ámbitos, desde las condiciones carcelarias a la libertad de expresión, pasando por la comunidad LGBTQ.
"Egipto nunca fue una democracia muy liberal, pero con Sisi, se convirtió en un estado carcelario", afirmó Bahgat: "Es la peor década de la historia moderna".
Masry cuenta que salió a las calles para protestar contra Morsi a final de junio de 2013, pocos días antes de su derrocamiento por parte del ejército egipcio.
Pero diez años más tarde, después de haber sido arrestada tres veces durante el gobierno de Sisi, una de ellas por manifestarse de forma ilegal, ya no sale a marchar.
Bahgat señala que en la actualidad "hay literalmente cero manifestaciones al año".
"Ya no hay ningún diario de oposición ni ninguna forma de expresar su oposición de una forma organizada", agrega.
Según varias oenegés, en Egipto hay bloqueadas "562 páginas" de información o de asociaciones.
La censura no queda ahí y también afecta a la música, ya sea rap o electrónica, ya que son consideradas como "contrarias a los valores familiares".
- Muertes en prisión -
Las disposiciones excepcionales que debían desaparecer con el levantamiento del estado de emergencia en 2021, en realidad fueron integradas poco a poco a la ley "para ser una herramienta de la represión", constata Bahgat.
"Incluso en el apogeo del autoritarismo", bajo los anteriores presidentes, "la burocracia y la justicia creaban una base legal para justificar los abusos, pero ahora ni siquiera se molestan en hacerlo".
Desde enero, los activistas han contabilizado 16 muertes en prisión, cinco de ellas en los nuevos "centros de rehabilitación" con bibliotecas, talleres y fábricas, que deben reemplazar las vetustas cárceles del país.
Pero ni siquiera hay cifras de cuántas personas hay presas.
Masry busca ilustrar la situación. Cuando fue encarcelada en 2016, en la cárcel femenina donde estaba recluida había cerca de 30 presas políticas. Cuando volvió a ser arrestada en 2019, "había un ala entera para los casos políticos, es decir cerca de 200 personas".
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