Diamantes iluminan el crecimiento del supercontinente Gondwana
Diamantes formados a entre 300 y 700 km de profundidad han permitido rastrear la evolución del antiguo supercontinente de Gondwana, detectando un proceso geológico desconocido.
Especialistas en diamantes en laboratorios de la Universidad de Alberta, el Instituto Carnegie para la Ciencia, la Vrije Universiteit Amsterdam, la Universidad de Bristol y la Universidad de Padua estudiaron y fecharon pequeñas inclusiones de silicato y sulfuro dentro de los diamantes, utilizando tecnología de última generación. Los resultados se publican en Nature.
Los análisis geoquímicos y la datación de las inclusiones en los diamantes, combinados con los modelos de placas tectónicas existentes de migración continental, mostraron que los diamantes se formaron a grandes profundidades debajo de Gondwana cuando el supercontinente cubría el Polo Sur, hace entre 650 y 450 millones de años.
Las rocas anfitrionas de los diamantes se volvieron flotantes durante la formación de los diamantes, transportando material del manto subducido más los diamantes a la base de la raíz de Gondwana, en esencia, "haciendo crecer" el supercontinente desde abajo.
Hace unos 120 millones de años, Gondwana comenzó a fragmentarse para formar los océanos actuales, como el Atlántico. Hace 90 millones de años, los diamantes, que transportaban pequeñas inclusiones atrapadas de la roca anfitriona, fueron llevados a la superficie de la Tierra en violentas erupciones volcánicas. Las ubicaciones actuales de estas erupciones volcánicas se encuentran en los fragmentos continentales de Brasil y África occidental, dos de los componentes clave de Gondwana. Así, los diamantes debieron haber migrado junto con diferentes partes del antiguo supercontinente mientras éste se dispersaba, "pegado" a su base.
Esta compleja historia de los diamantes muestra que han viajado notablemente, tanto vertical como horizontalmente, dentro de la Tierra, rastreando tanto la formación del supercontinente como las últimas etapas de su evolución. La acumulación de material relativamente joven en las raíces de los continentes espesa y "suelda" estos antiguos fragmentos continentales, lo que indica un nuevo modo potencial de crecimiento continental, informa en un comunicado el UCL (University College London).