Décadas después, reconsideran legado de los Panteras Negras
OAKLAND, California, EE.UU. (AP) — Hasta hace poco hubiera sido impensable que se erigiese un monumento en homenaje a Huey P. Newton.
Newton, uno de los fundadores de los Panteras Negras, era temido y detestado por mucha gente, y su organización era vista como un grupo armado de militantes racistas, vengadores de raza negra, que creían que la violencia era un fenómeno típicamente estadounidense.
Pero lo impensable se hizo realidad en Oakland, la ciudad donde nació el partido hace 55 años. Bajo una fuerte lluvia un domingo de octubre, la viuda de Newton, Fredrika, y la escultora Dana King desvelaron un busto de bronce de Newton.
Es cierto que, fuera de Oakland, la ciudad donde nació Newton y donde fue asesinado, hay probablemente pocos sitios donde se admitiría una estatua en su honor. De hecho, probablemente no haya una ciudad en el mundo donde se pueda instalar un su busto en el cruce del Dr. Huey P. Newton Way y la Autopista Mandela, que honra al líder sudafricano Nelson Mandela.
El partido dejó de existir hace 40 años y sería erróneo pensar que están volviendo los Panteras.
Pero también es cierto que en el 2021 hay militantes e historiadores que reconsideran su legado. Dicen que fueron precursoras de fenómenos que se dan hoy en la política, como el surgimiento de fuerzas a partir de la identificación con la raza, la religión y otros aspectos de la vida. Hay quienes consideran que ayudaron a dar forma al movimiento progresista y que son abuelos y abuelas del movimiento Black Lives Matter.
“Hay detractores que solo los ven como un grupo paramilitar y están los que los ven con buenos ojos porque piensan que eso es lo que exigían los tiempos que se vivían”, expresó Robyn Spencer, profesor de historia del Lehman College de Nueva York.
El partido siempre ha sido asociado con la violencia. Se lo ve como una organización que le declaró la guerra a la policía, que se hundió por sus peleas internas, infiltraciones y la corrupción de algunos de sus líderes.
Durante sus 15 años de existencia, el partido y sus posturas inspiraron una generación de figuras negras, hispanas, asiáticas, de origen indígena y blancas que desempeñan cargos públicos hoy. Algunos de sus principales logros, como programas de servicios comunitarios, ayudaron a transformar la educación y la salud públicas.
Fredrika Newton, cofundadora de la Fundación Dr. Huey P. Newton de Oakland, es una de las personas que quieren transmitir una nueva visión de los Panteras a una nueva generación. Dijo que el busto es tan solo el comienzo de un esfuerzo más amplio que busca darle al Poder Negro el lugar que se merece en la historia, junto a otros actores menos polémicos del movimiento por los derechos civiles.
“Oyes hablar del Partido de los Panteras Negras, del aporte de Huey a la liberación (de los negros) en su condición de líder duro, mucho más que antes”, dijo la viuda.
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Newton y Bobby Seale fundaron el Partido de los Panteras Negras para la Autodefensa en octubre de 1966 en Oakland. Newton era el ministro de defensa, Seale el presidente.
Juntos escribieron un Programa de Diez Puntos, en el que expresaron su filosofía. Entre sus exigencias: Libertad para decidir el destino de la comunidad negra, progreso económico a partir del empleo y la redistribución de la riqueza, un sistema educativo que incorpore la experiencia de los negros y el fin de la brutalidad y de los choques fatales entre las personas de raza negra y la policía.
Se hicieron famosos por sus uniformes con chaquetas de cuero y boinas negras, a veces acompañados por armas. Hacían marchas y patrullas pensadas para mostrar disciplina y fuerza.
En entrevistas, exmilitantes de las Panteras admitieron que el mismo nombre de la organización alimentaba la noción de que se manejaba con la fuerza y la intimidación. El partido eliminó “Autodefensa” de su nombre. Esa expresión, no obstante, aludía también a la nutrición, la salud y la educación política de los negros, según Erika Huggins, la primera mujer que lideró una unidad de las Panteras.
Gracias mayormente a sus “Programas de Supervivencia”, el partido llegó a operar en casi 70 comunidades de todo el país y abrió oficinas en el exterior. Ofrecía atención médica gratis a los residentes y desayunos gratis a escolares, transporte a familias que visitaban a parientes presos y acompañantes a ancianos que necesitaban ayuda para ir al supermercado o la farmacia.
Los Panteras fueron muy vigilados por el FBI, que infiltró sus filas y apeló a la intimidación. Sembró paranoia, desconfianza y violencia dentro del partido. Cada vez que el FBI suministraba información a los departamentos de policía, dicen sus miembros, pronto se venía un ataque, torturas, arrestos y muertes de militantes de la organización de todo el país.
En 1967, en Oakland, Newton tuvo un encontronazo con el policía John Frey, que falleció herido de bala. Newton negó haberle disparado, pero fue condenado por homicidio voluntario en 1968. Dos años después esa condena fue anulada.
“Los Panteras Negras son una agrupación racista, radical, que promovía el asesinato de policías”, dice un portal que rinde homenaje a los policías caídos cumpliendo su deber, según el cual los Panteras mataron a por lo menos 15 agentes e hirieron a decenas más.
El partido se desmanteló oficialmente en 1982, luego de años de vigilancia policial, pérdida de militantes, violentas peleas internas, denuncias de desfalcos y escándalos en los que fue involucrado Newton.
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En muchos sentidos, los Panteras ayudaron a forjar los Estados Unidos de hoy, divididos en tribus según su sexo, su raza y sus credos.
Los Panteras fueron elementos radicales en su momento, hoy no tanto, ya que el activismo social gira en torno a la raza, la etnia, la fe religiosa y la identidad sexual, además de a ideología política. Y numerosos blancos promueven la idea de una milicia de autodefensa.
Las ideas de los Panteras se hacen sentir en el movimiento Black Lives Matter. Los manifestantes adoptaron tácticas de confrontación con la policía y las autoridades en respuesta a la muerte de personas de raza negra a manos de la policía y de personas que toman la ley en sus propias manos: Trayvon Martin, Eric Garner, Michael Brown, Philando Castile, Breonna Taylor y George Floyd.
Los Panteras “siguen siendo un modelo a tomar en cuenta”, dijo Phillip Agnew, activista de la Florida y cofundador de Black Men Build (Los Hombres Negros Construyen), una organización nacional que promueve la educación de los negros.
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La investigadora Rhonda Shafner colaboró en este despacho.
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Morrison, oriundo de Oakland, es miembro del equipo de Raza y Etnicidad de la AP. Está en https://www.twitter.com/aaronlmorrison.