Debate en línea sobre trabajadores extranjeros en tecnología revela tensiones en coalición de Trump

WEST PALM BEACH, Florida, EE.UU. (AP) — Una disputa en línea entre facciones de los seguidores del presidente electo Donald Trump con respecto a la inmigración y la industria tecnológica ha permitido ver divisiones internas en su movimiento político, un anticipo de las fisuras y opiniones contradictorias que su coalición podría llevar a la Casa Blanca.

La grieta dejó al descubierto las tensiones entre el flanco más reciente del movimiento de Trump —miembros adinerados del mundo tecnológico, incluidos el multimillonario Elon Musk y el empresario Vivek Ramaswamy, y su exhortación para que haya más trabajadores altamente calificados en su industria—, y las personas en la base del movimiento “Hagamos grande a Estados Unidos otra vez” de Trump que apoyaron sus estrictas políticas para regular la inmigración.

El debate comenzó esta semana cuando Laura Loomer, una activista de derecha con un historial de comentarios racistas y conspiracionistas, criticó que Trump haya elegido a Sriram Krishnan para que sea su asesor en política de inteligencia artificial en su próximo gobierno. Krishnan está a favor de que se tenga la capacidad de traer a más inmigrantes calificados a Estados Unidos.

Loomer declaró que la postura “no (es) una política que ponga a Estados Unidos primero”, y declaró que los ejecutivos tecnológicos que se han alineado con Trump lo hacen para enriquecerse.

Gran parte del debate se desarrolló en la red social X, que es propiedad de Musk.

Los comentarios de Loomer desataron una discusión con el capitalista de riesgo y exejecutivo de PayPal David Sacks, a quien Trump ha nombrado para que sea el “zar de la inteligencia artificial y cripto(monedas) de la Casa Blanca”. Musk y Ramaswamy, a quienes Trump ha encargado encontrar formas de reducir el gobierno federal, intervinieron defendiendo la necesidad de la industria tecnológica de traer trabajadores extranjeros.

El debate se convirtió en una discusión más amplia, en la que más figuras de la extrema derecha opinaron acerca de la necesidad de contratar trabajadores estadounidenses, de si los valores de la cultura estadounidense pueden producir los mejores ingenieros, la libertad de expresión en internet, la nueva influencia que tienen algunos personajes de la esfera tecnológica en el mundo de Trump, y qué es lo que su movimiento político defiende.

Trump aún no ha opinado sobre la división. Su equipo de transición presidencial no respondió a preguntas sobre las posturas respecto a las visas para trabajadores altamente calificados ni sobre el debate entre sus seguidores en línea. En lugar de ello, su equipo envió un enlace a una publicación en la red social X de Stephen Miller —asesor de larga data y de línea dura en lo que respecta a la inmigración—, que era una transcripción de un discurso que Trump dio en 2020 en Mount Rushmore en el que elogió a personajes y momentos de la historia estadounidense.

Musk, el hombre más rico del mundo y ahora notablemente cercano al presidente electo, fue una figura central en el debate, no sólo por la elevada posición que ocupa en el movimiento de Trump, sino por su postura sobre la contratación de trabajadores extranjeros por parte de la industria tecnológica.

Las empresas tecnológicas dicen que las visas H-1B para trabajadores calificados, utilizadas por ingenieros de software y otros en la industria tecnológica, son cruciales para los puestos difíciles de cubrir con personal calificado. Pero los críticos han dicho que van en contra de los ciudadanos estadounidenses que podrían ocupar esos trabajos. Algunos en la derecha han pedido que el programa sea eliminado, no expandido.

Nacido en Sudáfrica, Musk alguna vez tuvo una visa H-1B, y defendió la necesidad de la industria de traer trabajadores extranjeros.

“Hay una escasez permanente de talento excelente en ingeniería”, manifestó en una publicación. “Es el factor limitante fundamental en Silicon Valley”.

Las propias posturas de Trump a lo largo de los años han reflejado la división en su movimiento.

Sus políticas de inmigración estrictas, incluida su promesa de implementar una deportación masiva, fueron centrales en su campaña presidencial ganadora. Se ha centrado en los inmigrantes que entran a Estados Unidos ilegalmente, pero también ha buscado restricciones a la inmigración legal, incluidas las visas que permiten que familiares cercanos de residentes estadounidenses emigren al país.

Cuando era candidato presidencial en 2016, Trump dijo que el programa de visas H-1B era “muy malo” e “injusto” para los trabajadores estadounidenses. Después de convertirse en presidente, Trump emitió en 2017 la orden ejecutiva “Comprar estadounidense y contratar estadounidense”, en la que le pedía a los miembros del gabinete sugerir cambios para asegurar que las visas H-1B fueran otorgadas a los solicitantes mejor pagados o más calificados con el fin de proteger a los trabajadores estadounidenses.

Sin embargo, los negocios de Trump han contratado trabajadores extranjeros, incluyendo camareros y cocineros en su club Mar-a-Lago, y su compañía de redes sociales detrás de su aplicación Truth Social ha utilizado el programa H-1B para recibir a trabajadores altamente calificados.

Durante su campaña presidencial de 2024, en la que hizo de la inmigración su tema distintivo, Trump dijo que los inmigrantes que se encuentran ilegalmente en el país están “envenenando la sangre de nuestro país”, y prometió llevar a cabo la operación de deportación más grande en la historia de Estados Unidos.

Pero en un marcado alejamiento de su mensaje alarmista habitual sobre la inmigración en general, Trump declaró en un podcast este año que quiere dar tarjetas verdes (que autorizan la residencia permanente) en forma automática a los estudiantes extranjeros que se gradúen de universidades estadounidenses.

“Creo que deberías obtener automáticamente, como parte de tu diploma, una tarjeta verde para poder quedarte en este país”, dijo en el podcast “All-In” con personas del mundo del capital de riesgo y la tecnología.

Efectuó esos comentarios en el umbral de la incipiente alianza de Trump con personajes de la industria tecnológica, pero no hizo de la idea una parte regular de su mensaje de campaña ni detalló planes para procurar obtener tales cambios.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de la AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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