Con poca agua, las libanesas desplazadas también deben preocuparse por la menstruación
Por Emilie Madi y Yara Nardi
Bekaa oeste, líbano, 8 nov (reuters) - para rabab al-hajj youssef, cada vez que va al baño a cambiarse la compresa es una experiencia dolorosa. después de que los ataques israelíes desplazaran a su familia de su hogar en líbano a un refugio, comparte el agua limitada con cientos de personas.
"A veces no hay agua para que una niña se lave y se cambie. En el cuarto de baño no hay cestas para que las mujeres pongan sus compresas", explicó Youssef, de 29 años, a Reuters.
Días antes había huido con sus hijos pequeños de su casa en la ciudad de Baalbek, al este del Líbano, a una escuela convertida en refugio más al oeste.
Miles de personas han huido de la misma región en las últimas dos semanas, después de que el ejército israelí emitiera órdenes de evacuación para Baalbek y las ciudades cercanas y comenzara a bombardear la región con ataques mortíferos. Forman parte de los más de 1,2 millones de desplazados por la escalada de la campaña israelí contra el grupo armado Hezbolá.
Casi 200.000 de ellos viven ahora en 1.145 refugios colectivos, la mayoría de los cuales están al límite de su capacidad. Las cifras aumentan y, con la llegada del invierno, también lo hacen las necesidades.
En la escuela donde Youssef y su familia se han refugiado, la mayor carencia es de agua potable.
"Hay que coger la ropa interior y lavarla. Espero a mi hija en la puerta del baño para lavarla en agua helada -congelada- para que pueda cambiarse y ponerse la compresa", explicó a Reuters.
La intimidad también es un problema. No hay cestas en algunos de los baños compartidos, explicó Youssef, por lo que las niñas tienen que llevar bolsas, algo que algunas consideran vergonzoso si hay hombres cerca.
"Sin agua, hay mucha humillación", añadió.
Más de 11.000 mujeres embarazadas se encuentran entre la población desplazada recientemente en Líbano, según la agencia de la ONU para la salud sexual y los derechos reproductivos (UNFPA), y necesitan acceso a atención prenatal, nutrición, agua potable y suministros de higiene.
Una mujer embarazada del refugio para desplazados dijo a Reuters que temía tener un bebé prematuro.
"Estamos realmente preocupados por la nutrición de los recién nacidos y también por la de los menores", declaró Hussein Alharati, coordinador del programa de salud de Relief International en el valle de la Bekaa.
La Organización Mundial de la Salud dijo que ya había documentado casos de sarampión, hepatitis A y otras enfermedades infecciosas entre los desplazados, y advirtió esta semana de que es posible que se produzca un rebrote a medida que aumente el número de desplazados "en condiciones de alojamiento subóptimas".
Rita Abou Nabhan, especialista en salud de la mujer de la agencia de la ONU para los refugiados ACNUR, dijo que a pesar de las distribuciones de kits de higiene y toallas sanitarias a las mujeres en el refugio de la Bekaa, el mayor temor es la falta de agua.
"Podemos verlo en sus ojos y oírlo en sus palabras, el miedo que tienen a contraer infecciones que crecen", dijo.
(Reportaje de Emilie Madi y Yara Nardi; Redacción de Maya Gebeily; Editado en español por Juana Casas)