Con 17 años un piloto de ultraligero bate récord de juventud para vuelta al mundo en solitario
El joven Mack Rutherford, un belgo-británico de 17 años que partió en marzo en un avión ultraligero, aterrizó el miércoles en la tarde en Bulgaria, ganando la apuesta de convertirse en el más joven piloto que da la vuelta al mundo solitario.
Tras un periplo de cinco meses y un día, su avión se posó a las 16H00 (13H00 GMT) en la pista del pequeño aeropuerto de Radomir, a una hora por carretera de la capital, Sofia.
Con su traje de aviador y cabellos largos ensortijados cubiertos por una gorra azul, el delgado adolescente perteneciente a un linaje de pilotos expresó su alegría.
Rutherford se lamentó sin embargo de haber terminado la aventura "fantástica", marcada por un "sentimiento absoluto de libertad".
"Quiero mostrar que los jóvenes pueden hacerlo, ¡sigan sus sueños!", afirmó.
Con más de 54.000 km recorridos y 30 países visitados, Mack tuvo que enfrentar temperaturas de hasta 48 grados en su periplo y las muchas horas en espera de autorizaciones de sobrevuelo.
En una prueba digna de Robinson Crusoé, fue obligado por el viento violento a posarse a fines de julio en Attu, una isla deshabitada del archipiélago de las Aleutianas, al oeste de Alaska.
El joven piloto fue recibido por sus padres y su hermana, presentes en el aeropuerto.
"Este tipo de viaje requiere mucho control an todos los niveles, hay que controlar la emoción, el estrés", dijo a AFP su madre Béatrice de Smet.
"¿Lo hizo como todo un líder!", se congratuló su padre, un piloto militar jubilado.
Antes de su salida, los preparativos fueron afectados por la guerra de Ucrania y su itinerario tuvo que ser cambiado.
En vez de sobrevolar Rusia, Mack Rutherford se desvió hacia el sur por Pakistán, India, Corea del Sur y Japón, antes de sobrevolar el Océano Pacífico para llegar a Estados Unidos. "La etapa más difícil", dijo.
Apasionado de la aviación desde pequeño, recibió a su llegada un certificado Guinness que confirma que superó el récord establecido el año pasado por el británico Travis Ludlow, de 18 años.
Terminada la proeza, el joven Mack tiene ahora como objetivo "regresar a la escuela y recuperar el tiempo perdido".
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