China se siente con "derecho a redefinir el orden mundial", dice Ai Weiwei al presentar exposición en Londres
China se siente con "derecho a redefinir el orden mundial", dijo el miércoles a AFP el artista disidente chino Ai Weiwei, antes de la inauguración en Londres de su primera exposición centrada en el diseño.
La muestra, en el Museo del Diseño de la capital británica, recoge cientos de miles de objetos coleccionados por Ai desde los años 1990, desde herramientas prehistóricas hasta piezas de Lego, y se inspira en su amor por la artesanía tradicional.
Hijo de un poeta que fue venerado por los dirigentes comunistas, Ai, de 65 años, es quizá el artista moderno más conocido de China y ayudó a diseñar el famoso estadio "Nido de Pájaro" para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
Pero cayó en desgracia tras criticar al gobierno chino y fue encarcelado durante 81 días en 2011, para acabar marchándose a Alemania cuatro años después.
Entre los objetos de la exposición hay miles de fragmentos de sus esculturas de porcelana que fueron destruidas cuando las excavadoras entraron a desmantelar su estudio en Pekín en 2018.
En la presentación de la muestra, que se podrá visitar desde el viernes hasta el 30 de julio, el artista consideró que China "no se está convirtiendo en una sociedad más civilizada, sino que se ha vuelto bastante brutal con cualquiera que tenga ideas diferentes".
"La tensión entre China y Occidente es muy natural", añadió el artista, que vive en Europa desde 2015. "China siente que tiene su propio poder y derecho a redefinir el orden mundial", subrayó.
Sus dirigentes "piensan que China puede convertirse en un factor importante para cambiar las reglas del juego, diseñadas básicamente por occidente", agregó.
Entre los objetos que se expondrán figuran 1.600 herramientas de la edad de piedra, 10.000 balas de cañón de la dinastía Song recuperadas de un foso y piezas de Lego con las que el artista empezó a trabajar en 2014 para realizar retratos de presos políticos.
La exposición también contará con una serie de obras a gran escala instaladas en el exterior, como la estructura de madera pintada de una casa que fue el hogar de una próspera familia de principios de la dinastía china Qing (1644-1911).
Estos objetos, coleccionados a lo largo de los años, representan "un conjunto de pruebas sobre diferentes historias, diferentes momentos culturales de la historia de China" que "quizá fueron olvidados o no se pensó lo suficiente en ellos", consideró el comisario de la exposición, Justin McGuirk.
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