China forma nuevos líderes fieles a la revolución
JINGGANGSHAN, China (AP) — Con las espaldas derechas y las cabezas erguidas, tres docenas de miembros del Partido Comunista con corbatas rojas, que esperan ejercer algún día puestos de liderazgo, recitan un poema de Maro Zedong en un sitio donde hubo una batalla histórica en el centro de China.
“¡Mantuvimos la cabeza alta pese a estar rodeados de innumerables fuerzas enemigas!”, dicen estos hombres y mujeres durante un taller de dos semanas en la Academia de Liderazgo Ejecutivo de China. “¡Juntos, derrotaremos al enemigo!”.
Cien años después de la fundación del PC en 1921, centros educativos como este de Jinggangshan son parte de los esfuerzos del gobierno del presidente Xi Jinping por ampliar el control de una sociedad en plena transformación.
Seleccionadas de entre los 95 millones de afiliados, personas ambiciosas de empresas estatales y oficinas gubernamentales aprenden una versión idealizada de los primeros días de la revolución que llevó al ejército de Mao a la conquista del poder en 1949.
Zhou Xiaojing, quien trabaja en un centro de capacitación política para el banco central chino en la ciudad de Zhengzhou, del centro del país, dijo que el taller de Jinggangshan había representado “un choque espiritual y una especie de bautismo”.
“Cuando vine aquí, mi fe en el partido se acrecentó”, expresó Zhou, de 49 años y miembro del PC desde el 2009.
Estos futuros líderes dicen que quieren servir al público, pero las personas seleccionadas para desempeñar altos cargos reciben numerosos beneficios, incluidas promociones rápidas en empresas estatales, universidades y ministerios
Las escuelas del partido tienen el objetivo de “promover a los fieles” y garantizar “que no cuestionan a los grandes líderes” ni la ideología del partido, según Willy Lam, profesor de política de la Universidad China de Hong Kong.
Xi, quien asumió como secretario general del PC en el 2012, lanzó una campaña en febrero pensada para aumentar las enseñanzas de la historia del partido.
La versión oficial de la historia ignora la hambruna de 1959-61 causada por políticas de Mao que produjeron la muerte de unos 50 millones de personas y los millones que fallecieron en la violencia asociada con la Revolución Cultural de 1966/76 lanzada por Mao. Tampoco habla de la represión de un movimiento democrático en la plaza de Tiananmén dispuesta por el líder supremo de entonces Deng Xiaoping.
Y no se mencionan las luchas internas entre los líderes del partido ni las denuncias de corrupción y otros abusos.
Xi espera que “el partido pueda mantener vivo el mito de que siempre tiene razón y que promueve brillantemente los intereses de China en el mundo”, dijo Lam.
El campus de Jinggangshan, ciudad donde tomó forma el ejército de Mao, es una de tres Academias de Liderazgo que hay en el país, las cuales atraen profesionales y funcionarios del partido con cargos importantes. El diario China Daily dijo en el 2016 que el partido contaba con 2.900 centros de capacitación a todos los niveles del gobierno (nacional, estatal y municipal).
El campus de 18 hectáreas en las montañas de la provincia de Jiangxi tiene dormitorios, un auditorio, una biblioteca y una cafetería.
Los participantes en el taller de dos semanas sobre el “Espíritu de Jinggangshan” reciben clases de seis horas y media, a partir de las ocho y media de la mañana. De vez en cuando hay eventos por la noche.
Los estudiantes visitaron Huangyangjie, donde las fuerzas de Mao libraron una batalla el 30 de agosto de 1928. Según la historia oficial, los comunistas eran muchos menos, pero rechazaron un ataque.
Mao se enteró de la victoria camino a Jinggangshan y la celebró escribiendo el poema que recitan los estudiantes.
“El espíritu de sacrificio y de dedicación al partido y al pueblo es algo notable y profundo”, declaró otra estudiante, Wei Yanju, vicepresidenta de la Federación de Mujeres de la provincia oriental de Shandong.
“Espero que todos puedan venir para comprender a China y ver lo superior y lo grande que es”, comentó.
Los cuadros del partido tienen que participar en al menos 32 sesiones por año. Algunos cargos requieren 56 sesiones.
“Los dirigentes del partido saben que ser enviado a ciertas clases puede abrir las puertas a un futuro brillante en el partido”, declaró Charlotte Lee, autora del libro “Training the Party: Party Adaptation and Elite Training in Reform-era China” (Entrenando al partido: Adaptación al partido y capacitación de la elite en la era reformista de China).
“A cambio, tienen que demostrar lealtad y ciertas aptitudes”, dijo Lee, quien enseña en el Berkeley City College.
Yao Yuzhen, instructora de la escuela cuyo padre integró el Ejército Rojo, afirmó que, si bien las promociones no están garantizadas, los estudiantes tendrán “mejores progresos” después de tomar el curso. “Eso delo por seguro”, agregó con una sonrisa.
En un salón de disertaciones se mostraban fotos de Xi mientras un instructor leía discursos del presidente y destacaba la importancia del espíritu partidario y de la historia.
“El secretario general Xi Jinping resaltó claramente en su discurso que los 100 años de nuestro partido son 100 años en los que estuvimos comprometidos con cumplir la misión original”, expresó el profesor Chenh Shenghua, director del centro de investigaciones educativas de la historia del partido de la academia.
Estudiar la historia del partido ”es la obligación de todo afiliado, cuadro, de las masas y de la juventud”, manifestó.
El “objetivo político básico” de todo miembro del partido es “estudiar e implementar las ideas de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas en la nueva era”.
El programa de Jinggangshan se enfoca en los primeros días de la revolución, en el período 1927-35, y en las batallas de Mao con el gobierno nacionalista.
También se abordan períodos posteriores y el éxito en la lucha contra la pobreza y el coronavirus.
“Movilizamos a todo el país y ganamos la batalla contra la pandemia”, expresó el instructor Liu Qiufu.