Chile recuerda los 50 años del golpe militar de pinochet con heridas abiertas y sin consenso
Por Natalia A. Ramos Miranda
SANTIAGO, 11 sep (Reuters) - Chile conmemora el lunes los 50 años del golpe de Estado que instauró la dictadura de Augusto Pinochet, una fecha que encuentra al país en un clima de polarización política, sin consensos y con heridas aún abiertas por los atropellos a los derechos humanos.
La fecha muestra los contrastes de la sociedad en torno al golpe contra el socialista Salvador Allende. Por un lado los políticos sumidos en rencillas por el tono que se adoptaría para recordar la fecha, por otro lado las víctimas y, en otro, muchos ciudadanos desinteresados, según recientes sondeos.
Para el Gobierno del izquierdista Gabriel Boric, un declarado admirador de Allende, la conmemoración era fundamental este año pero varios desacuerdos, incluso dentro de su propia coalición, hicieron bajar las expectativas y cambiar aspectos del programa.
"Hay algunos que nos invitan a dar vuelta la página, a olvidar el pasado y a proyectarnos a un futuro esplendor", dijo Boric días atrás. Pero "no hay futuro esplendor posible sin memoria y sin verdad", añadió el mandatario, el primer presidente que no había nacido en 1973.
El mandatario encabezará los actos oficiales más tarde el lunes en el palacio presidencial de La Moneda que, hace medio siglo, ardía en medio del asedio de tanques y bombardeos aéreos.
Según diversas comisiones oficiales sobre violaciones a los Derechos Humanos, la dictadura dejó 40.175 víctimas calificadas entre ejecutados políticos, detenidos desaparecidos y víctimas de prisión política y tortura. El régimen, además, envió centenares de miles de personas al exilio.
Dentro de la conmemoración, el Gobierno lanzó hace dos semanas un Plan Nacional de Búsqueda para sistematizar información sobre un millar de personas desaparecidas, con el objetivo de establecer paso a paso la ruta final de las víctimas.
La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Gaby Rivera, perdió el rastro de su padre Luis Rivera en noviembre de 1975. Durante años a su familia le han dado varias versiones, incluso que su cuerpo fue arrojado al mar y nunca más podrían recuperarlo.
"Vivimos esta fecha con dolor, pero también con esperanza, porque hoy vemos que hay una pequeña luz", dijo a Reuters. "No sabemos si lograremos llegar a la justicia completa, pero lo que sí tenemos que hacer es llegar a la verdad, saber dónde están".
Elvira Cádiz, quien tenía seis años en 1973, cuenta que su familia no sufrió atropellos, pero recuerda a sus vecinos formados en fila en las calles con las manos arriba y a tropas militares revisando casa por casa el combativo barrio obrero de Estación Central, donde aún vive.
"Pero es que así como hay gente que no conoce nada del tema y no le interesa, otros están cansados de que todos los años es lo mismo aunque ahora sean 50, mucha gente no sabe qué pasó con sus familiares desaparecidos", dijo a Reuters. "Y mientras eso no cambie, seguirá doliendo y dividiendo".
Divididos
En los últimos días Boric se reunió con sus predecesores y convocó a los partidos a firmar un acuerdo de defensa de la democracia, pero el bloque de derecha -donde figuran políticos que apoyaron la dictadura y otros que han marcado distancia- firmó su propio manifiesto días antes donde, entre varios puntos, pide evitar las "verdades únicas".
"El Gobierno, equivocadamente, ha insistido en la conmemoración, pero lo ha hecho mal, porque ha sido un proceso hecho desde la izquierda y para la izquierda", dijo a Reuters el analista político Kenneth Bunker.
No es que haya hastío o indiferencia entre las personas por la búsqueda de justicia, consideró, o que no haya consensos sobre la defensa de la democracia, pero las prioridades hoy son otras, como la inseguridad o la calidad de la salud pública, añadió.
Chile también viene de años convulsos, no sólo por la pandemia. A fines de 2019 fue sacudido por un estallido social, la actividad económica se ha frenado y el país enfrenta nuevos y severos desafíos en violencia y criminalidad.
Boric se impuso a fines del 2021 al candidato de la derecha dura José Antonio Kast, un abierto defensor de Pinochet. En septiembre pasado, un proyecto de Constitución progresista para reemplazar la creada en la dictadura fue rechazado y el nuevo intento por reescribirla está dominado por fuerzas conservadoras.
La historia no compartida
La semana pasada, un sondeo de la consultora Activa dijo que casi 60% de los encuestados estaba poco o nada interesado en la conmemoración y un 70% dijo que ésta divide al país. Y aunque una leve mayoría opina que el golpe fue malo, casi 40% consideró que el principal responsable del quiebre democrático fue el propio Allende y su Gobierno.
En otra encuesta de la consultora Criteria, a fines de agosto, las respuestas mayoritarias apuntaban a que la conmemoración "nos divide como país", que es un asunto irrelevante y que abre heridas innecesariamente.
El director de Criteria, Cristián Valdivieso, dijo que "vivimos un tiempo impropio para aspirar a una historia compartida", donde "campea la polarización como nunca desde la vuelta a la democracia".
Bajo ese panorama, habrá un centenar de eventos, sobre todo en Santiago. Unos 2.400 policías resguardarán el orden público y se tomaron medidas para la seguridad de invitados internacionales como el presidente colombiano Gustavo Petro y el mexicano Andrés López Obrador, entre otros.
Carlos González, detenido y torturado en 1976 y más tarde exiliado, dijo que le dolía ver que algunas personas restaban importancia a esta fecha.
"Es bueno que se hable de lo que pasó. Y, como sobreviviente, yo siento que es una responsabilidad hablar de esto porque hay muchos que no sobrevivieron".
(Reporte de Natalia Ramos. Editado por Fabián Cambero)