Capital chilena enfrenta mayor ola de frío otoñal en 70 años
SANTIAGO, 15 mayo (Reuters) - Con más ropa encima o más tazas de café, los habitantes de la capital chilena enfrentan estos días la ola de frío más intensa desde mediados del siglo pasado para los meses del otoño austral, con temperaturas que se mantendrán bajas con la llegada del invierno.
En un reciente boletín para los meses de mayo, junio y julio, la Dirección Meteorológica de Chile había previsto que las temperaturas para la zona central y centrosur del país serían más bajas que lo normal, sobre todo en mañanas y tardes.
"Desde 1950 en adelante, es decir, en los últimos 74 años, no habíamos tenido en mayo una ola de frío tan intensa como la actual", dijo a Reuters Televisión el climatólogo de la Universidad de Santiago, Raúl Cordero.
"Hemos tenido días con temperaturas todavía más bajas, pero no una sucesión de ocho días con temperaturas muy por debajo de valores típicos. Así que estamos en presencia de la ola de frío más larga jamás registrada en la capital, al menos desde 1950 para los meses de otoño", añadió.
Para el jueves, la oficina de meteorología espera una temperatura mínima de 1 grado en el área del centro de Santiago.
En la capital el cambio fue abrupto porque en pocos días quedó atrás el calor del verano, mientras alrededor de la ciudad ya se aprecian las cumbres y laderas nevadas de la Cordillera de Los Andes.
"Para combatir el frío estoy abrigándome más en la mañana y tomando más café sobre todo; antes me tomaba una, ahora estoy tomando tres tacitas", contó Humberto Burgos, un oficinista.
"Antes mayo era un mes super otoñal y ahora pasamos de un extremo calor a un extremo frío", dijo por su parte la estudiante Francisca Vergara.
El gobierno chileno activó esta semana en seis regiones del centro y centrosur del país el llamado "código azul" para proteger y asistir a personas que viven en la calle.
Cordero dijo además que el encuentro de estas masas frías de origen polar con otras cálidas de origen tropical provocan tormentas, como lo que ha ocurrido en el sur de Brasil, donde severas lluvias e inundaciones han dejado más de un centenar de muertos.
"Es consecuencia no solamente del cambio climático, no solamente del efecto del Niño, más que de La Niña, sino que también es mala suerte. Es decir, estas masas pudieron haberse encontrado algunos cientos de kilómetros más al norte o unos cientos de kilómetros más al sur y las consecuencias hubiesen sido diferentes", planteó. (Reporte de Reuters TV, escrito por Natalia Ramos)