Burkina Faso y Guinea piden a la CEDEAO prorrogar la fecha límite para el calendario de transición
Las juntas militares de Burkina Faso y Guinea han reclamado a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) una prórroga de la fecha límite para la entrega del calendario de transición y para la celebración de elecciones tras los golpes de Estado de los últimos meses en ambos países.
El organismo regional había dado hasta el 25 de abril a ambos países para que fijaran plazos para la transición de cara a la vuelta a la normalidad constitucional y había advertido con la posibilidad de imponer sanciones en caso contrario, como hizo en enero en el caso de Malí.
La CEDEAO ha indicado en un comunicado que ha recibido notificaciones de ambos países y ha subrayado que "Burkina Faso desea disponer de un aplazamiento (...) para continuar las consultas sobre distintas cuestiones", mientras que "Guinea ha presentado evoluciones recientes sobre la transición y desea igualmente tener más tiempo (...) para continuar las consultas".
"Teniendo en cuenta lo anterior, la CEDEAO ha decidido enviar misiones a estos dos países que permitan preparar un informe para la próxima cumbre", ha apuntado en su comunicado, firmado por la Comisión de la CEDEAO y publicado por el organismo a través de su cuenta oficial en la red social Twitter.
El golpe de Estado en Guinea tuvo lugar en septiembre de 2021 y se saldó con el derrocamiento del entonces presidente, Alpha Condé. El líder de la junta, Mamady Doumbouya, defendió en enero que la asonada fue "impuesta" y "una expresión de la voluntad del pueblo guineano".
La asonada fue dada tras meses de crisis política en el país por la decisión de Condé de modificar la Constitución para presentarse a un tercer mandato y su victoria en las presidenciales de 2020, en las que el resto de candidatos, entre ellos el líder opositor, Cellou Dalein Diallo, denunciaron fraude.
Por su parte, la asonada en Burkina Faso tuvo lugar en enero y se saldó con el derrocamiento de Roch Marc Christian Kaboré, tras un amotinamiento de militares en protesta por la inseguridad y la falta de medios para hacer frente al yihadismo.
El país africano ha experimentado en términos generales un aumento significativo de los ataques desde el año 2015. Estos, obra tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, han contribuido también a incrementar la violencia intercomunitaria y han hecho que florezcan los grupos de autodefensa.