Borrell reconoce "dificultades" para acordar el veto al petróleo ruso pero esperar cerrar sanciones el lunes
El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, ha reconocido este martes "dificultades" para cerrar un acuerdo sobre el sexto paquete de sanciones contra Rusia por la invasión de Ucrania, que incluya el veto a la importación de petróleo ruso, aunque ha señalado el próximo lunes para culminar la ronda de sanciones.
En declaraciones desde Bruselas con motivo de la conferencia de donantes anual para Siria, el jefe de la diplomacia comunitaria ha explicado que los embajadores ante la Unión Europea discuten la última tanda de sanciones con la idea de que pueda ser adoptado el próximo lunes en el Consejo de Asuntos Exteriores, que reúne a los ministros europeos del ramo.
"Quedan todavía algunas dificultades, espero que para la próxima reunión del lunes estas dificultades se despejen. Si no tendremos que elevar el nivel de discusión a los propios ministros en el marco de Consejo de Exteriores", ha argumentado.
Hungría mantiene sus reservas sobre la idea de imponer un veto al petróleo ruso y la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajó este lunes a Budapest para tratar de desbloquear el sexto paquete de sanciones por la guerra en Ucrania.
Aunque valoró los progresos hechos, Von der Leyen señaló que se necesita más trabajo para cerrar el acuerdo final y prometió una videoconferencia con los actores regionales para cerrar filas.
Las últimas horas se suceden los esfuerzos europeos y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha mantenido este martes una conversación telefónica con el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, en busca de desbloquear la situación.
La propuesta prevé un embargo a todas las importaciones de petróleo ruso a la Unión Europea por cualquier vía, con un periodo de transición de seis meses en el caso del crudo y de ocho para los productos refinados.
La excepción prevista para que Hungría y Eslovaquia pudieran retrasar un año su aplicación complicó las negociaciones porque el plazo resultaba insuficiente a ojos de estos países, que quieren retrasarlo hasta 2024, y porque otros socios pidieron ese trato diferenciado, algo que República Checa ha logrado ya consolidar en el texto para sí.