Bolsonaro asegura que "la evidencia lleva a creer que les hicieron algún mal" al periodista y el indigenista
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha asegurado este lunes que la "evidencia" es que el indigenista Bruno Pereira y el periodista británico Dom Phillips desaparecidos hace ocho días en la región de Vale do Javari, han sido víctimas de algún "mal", y que será "muy difícil encontrarlos con vida".
"La evidencia, la evidencia, sugiere que hicieron algo malo con ellos. Porque ya se encontraron vísceras humanas flotando en río, que ya están aquí en Brasilia para hacer una prueba de ADN", ha afirmado el mandatario, tal y como ha recogido el diario brasileño 'O Globo'.
Así, ha subrayado que "será muy difícil encontrarlos con vida. Ruega a Dios que eso suceda, que los encuentren con vida, pero la evidencia en este momento es todo lo contrario".
Alessandra Sampaio, la mujer del periodista británico Dom Phillips, cuyo rastro se perdió junto al del indigenista Bruno Pereira hace poco más de una semana mientras realizaban una travesía por una región de difícil acceso en la Amazonia, ha informado este lunes de que los cuerpos sin vida de ambos han sido localizados.
Por el momento, ni las autoridades brasileñas, ni la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) que denunció la desaparición de ambos, han confirmado que los cuerpos hallados sean los de Phillips y Pereira, mientras que, por su parte, la Policía Federal lo ha negado.
Bomberos de la región del Amazonas encontraron este domingo una mochila con un cuaderno. La Policía Federal informó que las pertenencias encontradas Javari pertenecían a los dos desaparecidos, según recogieron los medios locales.
Ambos habían sido vistos por última vez el pasado 5 de junio en la comunidad de Sao Rafael --dentro de las tierras indígenas del Valle del Javari--, desde donde partieron hacia Atalaia del Norte, aunque finalmente no llegaron a su destino.
La zona en la que ambos desaparecieron es conocida por ser una de las más inaccesibles de la región, hogar no solo para la mayor concentración de pueblos indígenas sin contactar, sino también escenario de una de las mayores rutas por las que circula la cocaína que llega desde Perú para ser distribuida a Europa.