Blinken habla con su homólogo nicaragüense y destaca "la importancia del diálogo" tras las excarcelaciones
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, ha mantenido una conversación telefónica con su homólogo de Nicaragua, Denis Moncada, al que ha trasladado la "importancia de un diálogo constructivo" tras la reciente excarcelación de 222 presos políticos.
"Tras la liberación de 222 presos políticos nicaragüenses ayer (por el jueves), he hablado hoy (viernes) con el ministro de Asuntos Exteriores Moncada de la importancia de un diálogo constructivo para construir un futuro mejor para el pueblo nicaragüense", ha publicado Blinken en su cuenta en Twitter a última hora del viernes.
Nicaragua deportó el pasado jueves a Estados Unidos a 222 presos políticos acusados de cometer actos contra la independencia y la soberanía de Nicaragua, de "incitar" a la violencia y el terrorismo, de perpetrar acciones de "desestabilización económica" o de perjudicar "los intereses supremos de la nación".
Managua defiende que se trata de una medida unilateral, aunque Estados Unidos ha confirmado contactos con las autoridades españolas para garantizar el acogimiento de estos presos.
La responsable adjunta de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado estadounidense, Emily Mendrala, explicó que los presos pueden "explorar ofertas" de otros países y no necesariamente permanecer en territorio de Estados Unidos, ante la oferta española para concederles la nacionalidad.
La acogida humanitaria brindada por Estados Unidos les da derecho al menos a dos años de residencia, imprescindible en el caso de un grupo que teóricamente quedó despojado en bloque de la nacionalidad, como resultado de una reforma constitucional que penaliza de forma específica a los "traidores de la patria".
Para la Administración de Joe Biden, las excarcelaciones masivas deberían ser "un primer paso" para lograr "una restauración de la democracia y una mejora de los Derechos Humanos" en el país centroamericano.
El Gobierno nicaragüense había planteado la posibilidad de que los presos fueran llevados a otro país, alegando que eran "agentes de potencias extranjeras", en palabras del presidente Daniel Ortega.