Barkley y los Eagles reciben a Packers en explosivo duelo de ronda de comodines
Desde un partido con ambiente de carnaval en Río de Janeiro, los Eagles y los Packers dieron inicio a una temporada que pretenden culminar en el Mardi Gras de Nueva Orleans en el Super Bowl. El sábado, sin embargo, el telón caerá en la campaña de uno de estos dos equipos.
Luego de protagonizar el primer partido de campaña regular de la NFL en territorio brasileño en la semana uno, Green Bay (11-6) y Filadelfia (14-3) se vuelven a encontrar con algo más que la historia en juego: la posibilidad de mantenerse con vida.
Los Eagles parten como favoritos por 4,5 puntos —margen similar a su triunfo de 34-29 sobre Packers en la primera semana— gracias a una defensiva que fue la segunda mejor de toda la liga con 17,8 puntos por encuentro y a un ataque encabezado por el corredor estelar Saquon Barkley, quien logró una primera campaña espectacular con los Eagles, con 2.005 yardas y 13 anotaciones.
Los Packers sólo permitieron otras dos actuaciones de 30 puntos en contra durante toda la temporada, lo que dice suficiente del estado de su defensiva. Al igual que su rival del domingo, la fórmula incluye una dosis significativa de ataque terrestre, a lo que se añade la explosividad del quarterback Jordan Love, quien tiene al menos dos envíos de touchdown en sus dos inicios de postemporada.
A pesar de que el encuentro en el Lincoln Financial Field tiene como protagonistas a dos de las mejores seis defensivas de la NFL, se pueden anticipar puntos. Muchos puntos.
Green Bay anotó al menos 25 en seis de sus últimos siete encuentros, mientras que Filadelfia promedió 29,7 en sus últimos 12 compromisos.
El quarterback de los Texans C.J. Stroud registró un significativo descenso en su rendimiento durante su segundo año en la NFL con casi 400 yardas menos y 7 intercepciones más que en su temporada de Novato Ofensivo del Año. Nada de eso importará si el sábado es capaz de reproducir su éxito en postemporada.
Sólo hay un pequeño detalle. Enfrente tendrá a unos Chargers que finalizaron la campaña como la mejor defensiva de toda la NFL con 17,7 unidades concedidas por partido y que cuentan con Justin Herbert, apenas el segundo quarterback en la historia con al menos 500 pases lanzados y tres o menos intercepciones en una temporada.
A pesar de estar en casa, los Texans están abajo en las casas de apuestas por tres puntos, posiblemente como resultado de su registro de 1-5 esta temporada ante rivales con registro positivo o al hecho de que perdieron tres partidos en casa y los Chargers fueron uno de cuatro conjuntos con seis victorias en condición de visitantes.
La receta de los Chargers no es un secreto: un ataque equilibrado y una defensiva hermética en terceras oportunidades. Si Houston quiere acceder a la ronda divisional por segunda campaña consecutiva, Stroud y el resto de la ofensiva deben encontrar pronta respuesta a sus problemas que se tradujeron en 12 actuaciones con 23 puntos o menos en la campaña.
Lamar Jackson y los Ravens se sacudieron el maleficio que representaban los Steelers con un contundente triunfo de 34-17 en la semana 16, que les permitió abrirse camino a su segundo título divisional de forma consecutiva. El siguiente punto en la agenda es desprenderse de la malaria que aqueja al equipo en playoffs.
A pesar de tener dos premios al Jugador Más Valioso en sus vitrinas —y sólidas credenciales para sumar un tercero esta temporada— Jackson no ha sido la figura que necesitan los Ravens cuando llega la hora de ganar o morir. Dos victorias en seis oportunidades, seis pases de touchdown e igual número de intercepciones dan como resultado cinco viajes a playoffs sin culminar con una visita en el Super Bowl.
Pero pocos saben más de maleficios que la versión actual de Pittsburgh. Los Steelers son apenas el tercer equipo en la historia en alcanzar la postemporada montados en una racha de cuatro derrotas. Por si fuera poco, el equipo no gana en playoffs desde la temporada de 2016, algo inadmisible para una franquicia con tantos blasones.
La tropa del entrenador Mike Tomlin buscará aferrarse a cualquier esperanza que ofrezca la historia y los números. Por un lado, los Jets de 1986 ganaron su primer partido de postemporada luego de finalizar la campaña regular con cinco derrotas en fila. Por el otro, Pittsburgh tiene registro de cuatro victorias en sus últimos cinco enfrentamientos ante Baltimore y está 3-1 contra los Ravens en su historial de playoffs.
Los Broncos tuvieron que esperar hasta la última semana para sellar su boleto a playoffs. Ahora, su recompensa es emprender un viaje a Buffalo para enfrentar a Josh Allen, principal candidato a ganar el premio al Jugador Más Valioso, y a unos Bills que fueron el único equipo en vencer esta temporada a los dos primeros preclasificados de cada conferencia: Kansas City y Detroit.
El éxito de los Bills no es nada nuevo. Ganaron su división por quinto año consecutivo de la mano de Allen y de una ofensiva que terminó segunda en toda la liga con casi 31 puntos por encuentro, incluidas cuatro actuaciones con al menos 40 unidades.
Reproducir el éxito el domingo podría resultar un tanto más complicado. Los Broncos finalizaron como la tercera mejor defensa de la liga y encabezaron a toda la NFL en capturas de quarterback con 63.
Aunque, en descargo de su rival, Buffalo admitió apenas 14 derribos de Allen, por lo que la lucha en las trincheras podría bien definir el desenlace del encuentro.
El pasador de Denver Bo Nix busca convertirse en el cuarto quarterback de primer año en ganar en su presentación en postemporada fuera de casa, un desafío que cobra nueva dimensión al tomar en cuenta que Allen tiene apenas 13 derrotas en su feudo en 56 partidos y ostenta un registro de 5-2 como local en postemporada.
Ninguna de esas derrotas ha llegado en primera ronda.
Los Buccaneers tuvieron asiento de primera fila para ver el despegue del estelar novato de los Commanders Jayden Daniels en la NFL. Lo derrotaron 37-20 en la primera semana de campaña regular.
Pese al revés, Daniels encontró dos veces la zona de anotación por la vía terrestre y su éxito no se detuvo allí. El segundo seleccionado en el último draft, encabezó a todos los novatos con 31 anotaciones totales y les cambió la cara a unos Commanders que no ganaban 12 partidos desde la temporada de 1991.
Tampa Bay, por su parte, nunca bajó el ritmo de su potente ataque, el cual terminó cuarto de toda la NFL y regaló ocho actuaciones de al menos 30 unidades, incluida una exhibición de 40 puntos ante la mejor defensiva de la NFL. Todo esto, a pesar de lesiones significativas de sus dos principales receptores.
El domingo necesitará más de lo mismo, particularmente con una defensiva porosa e inconsistente que constantemente les costó partidos a lo largo del calendario, obligando a Tampa Bay a sellar su pasaje a postemporada sólo en la última semana de la campaña regular.
Washington espera echar por la borda los pronósticos en Las Vegas, donde parte abajo por tres puntos,. Para ello se encomienda a Daniels, a su capacidad para extender las jugadas y al sexto mejor ataque en la zona roja.
Los incendios en el área de Los Ángeles obligaron a que la NFL mudara el partido a Glendale, Arizona. La tragedia hizo así paradójicamente algo de justicia para unos Vikings que van de visita a pesar de finalizar con cuatro triunfos más que su rival, en una deficiencia del formato de postemporada.
Los Vikings, sin embargo, conocen de primera mano el peligro que representan Sean McVay y el resto del potente ataque de los Rams, luego de permitir cuatro pases de touchdown de Matthew Stafford en la derrota por 30-20 ante Los Ángeles en la semana ocho, un duelo que coincidentemente, también se produjo una semana después de que Minnesota cayó ante Detroit.
Sam Darnold y el resto de los Vikings no se pueden dar el lujo de un nuevo parpadeo luego de su temporada más exitosa desde que ganaron 15 partidos en 1998. Para ello, el quarterback de Minnesota debe prolongar su éxito de campaña regular y dejar atrás una paupérrima actuación en el último partido del calendario, el cual les costó el cetro divisional y los puso en un avión cuyo destino ha cambiado ahora de Los Ángeles a Arizona.
Darnold terminó la temporada con 4.319 yardas, 35 pases de touchdown y el control pleno de la sexta mejor ofensiva aérea gracias a la mancuerna con el estelar receptor Justin Jefferson. Contar con la defensiva más oportuna de la liga —que robó al menos dos balones en 11 de 17 partidos— tampoco estorba.
Los Rams, abajo en las casas de apuestas por apenas un punto, basan sus esperanzas en la experiencia de Stafford —quien tendrá su noveno inicio en playoffs— y en su buen momento. Los Ángeles se encaminó a postemporada al ganar cinco de sus últimos seis compromisos, incluido un dinámico triunfo 44-42 sobre Buffalo en donde estuvo en despliegue todo su poderío ofensivo, el cual apareció intermitentemente a lo largo de la campaña.
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