Análisis-agricultores de eeuu apoyan a trump, pero se les vienen tiempos duros por china
Por Tom Polansek
CHICAGO, 7 nov (Reuters) - Los agricultores estadounidenses quieren algo del presidente electo Donald Trump que es poco probable que les consiga con sus políticas comerciales: un mayor acceso al mercado de China, el principal importador de soja.
El Partido Republicano de Trump goza de un amplio apoyo en todo el cinturón agrícola de Estados Unidos, donde ganó la mayoría de los estados en las elecciones del martes. Los agricultores suelen respaldarle a pesar de que el sector fue uno de los más afectados durante la guerra comercial entre Estados Unidos y China que Trump libró durante su primer Gobierno.
China impuso aranceles a las importaciones de productos agrícolas estadounidenses, en represalia a los que Trump decretó a una amplia gama de sus productos. Las exportaciones de soja estadounidense a China nunca se han recuperado; de hecho, China ha recortado drásticamente su dependencia de las granjas estadounidenses desde la guerra comercial de 2018.
Los agricultores y dos posibles contendientes para el puesto de secretario de Agricultura de Trump dicen que quieren que su Gobierno se centre en impulsar las exportaciones estadounidenses y acuerdos comerciales para ayudar a revitalizar el sector.
"Realmente tenemos que salir y representar los productos estadounidenses y asegurarnos de que obtenemos algunas ventas en los libros", dijo Kip Tom, un agricultor de maíz y soja de Indiana que se desempeñó como embajador ante la agencia de alimentos de las Naciones Unidas durante el primer mandato de Trump.
Pero Trump amenaza con nuevos aranceles a las importaciones chinas, y es probable que China responda. Eso llevaría a un menor acceso al mercado de importación agrícola de China. También es probable que Trump imponga aranceles a las importaciones de otros países a los que los agricultores quieran vender.
Trump, que venció a la vicepresidenta demócrata Kamala Harris en las elecciones presidenciales, ha prometido imponer un arancel del 60% a los productos chinos y al menos un gravamen del 10% a todas las demás importaciones en su segundo mandato.
"Creo que es terriblemente ingenuo por parte de cualquiera pensar que la elección de Trump y el Partido Republicano será positiva para la agricultura", dijo Jay O'Neil, consultor de la industria del grano y economista.
Una nueva ronda de guerras comerciales llegaría en un momento difícil. Los precios del maíz y la soja estadounidenses cayeron este año a mínimos de 2020 bajo la presión de las cosechas masivas y la intensa competencia por las ventas mundiales de exportación del proveedor rival, Brasil, lo que ha afectado duramente a la economía agrícola estadounidense y ha reducido la demanda por tractores, cosechadoras y otros equipos agrícolas de empresas como Deere & Co.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, se prevé que el país se enfrente a un déficit comercial agrícola récord de 42.500 millones de dólares en 2025.
Las exportaciones estadounidenses de soja a China cayeron a unos 26,4 millones de toneladas métricas el año pasado, desde 36,1 millones en 2016 y 31,7 millones en 2017, antes de la última guerra comercial, dijo la agencia.
Pekín no cumplió con las obligaciones de compras agrícolas estadounidenses bajo un acuerdo comercial de 2020 firmado con Trump para poner fin a la guerra comercial, según la Oficina del Censo.
Aun así, los agricultores dijeron que creen que una nueva disputa con Pekín sería de corta duración y menos dolorosa económicamente.
"No será ni de lejos tan larga como la primera vez porque saben que va en serio", dijo el secretario de Agricultura de Texas, Sid Miller, que trabajó para la campaña de Trump.
Miller y Tom son considerados contendientes para ser el secretario del USDA.
El primer Gobierno de Trump mantuvo a los agricultores de su lado con generosos subsidios para compensar las ventas perdidas de Estados Unidos a China por la guerra comercial. Los agricultores de soja recibieron 5.400 millones de dólares más en ayudas de lo que perdieron por el impacto en los precios, según un estudio de la Universidad de California-Davis.
Otra guerra comercial podría costar a los agricultores de soja entre 3.600 millones y 5.900 millones de dólares en valor de producción anual, dependiendo de cómo se desarrolle la disputa, según un estudio de octubre de la Asociación Nacional de Cultivadores de Maíz y la Asociación Americana de Soja.
En el caso del maíz, Brasil superó a Estados Unidos como principal proveedor de China en 2023, justo un año después de que Pekín aprobó las compras a la potencia agrícola sudamericana.
"Hemos dejado que Brasil y Argentina y Australia y Nueva Zelanda y todos los demás nos ganen la partida", dijo Miller. "Tenemos que invertir esa tendencia".
Las exportaciones estadounidenses de soja a China bajaron un 13% respecto al año anterior a septiembre, y las de maíz se hundieron un 71%, según datos del USDA.
Estos descensos preocupan a Dave Kestel, un agricultor de maíz y soja de Manhattan, en Illinois, que usó un arado para escribir "Trump" en letras gigantes en un campo de cultivo antes de las elecciones.
Aun así, una batalla comercial con China podría beneficiar en última instancia a los trabajadores estadounidenses, a pesar de algún problema temporal, dijo.
"La gente del otro lado está diciendo 'Oh Dios mío, va a imponer estos aranceles'", dijo Kestel, que votó por Trump. "Se trata de traer a las empresas de vuelta aquí". (Reporte de Tom Polansek; edición en español de Javier López de Lérida)