A la caza de pesqueros ilegales de tiburones en el Pacífico colombiano
El radar de un buque de guerra de la Armada colombiana detecta una embarcación sospechosa en una zona protegida del Pacífico. Tras una persecución, los militares encuentran cinco tiburones sin cabeza en manos de pescadores ilegales.
La AFP presenció la operación el domingo a 180 millas náuticas de Buenaventura, el principal puerto de Colombia sobre este océano rico en especies marinas.
Recién descubren la embarcación, los militares a bordo del ARC 7 de Agosto de la Armada intentan contactar por radio a sus tres tripulantes, que al notar la presencia del coloso buque aceleran para huir.
En el puente de mando el radar continúa alertando de la presencia de los sospechosos. Hombres con binoculares siguen sus movimientos y por orden del comandante una embarcación de guardacostas los persigue en el mar hasta alcanzarlos en velocidad.
Los pescadores arrinconados se rinden y exhiben el resultado de su faena, guardado en un contenedor con hielo: cinco tiburones sin cabeza de las especies silky, martillo y aletinegro. Además, 13 peces vela y cuatro marlines, ambos en vía de extinción.
Afros y de pantalones cortos, señalan que partieron tres días atrás desde la provincia de Esmeraldas, en Ecuador, en busca de peces para vender en mercados de su lugar de origen y así subsistir.
Pero la pesca de estas especies está prohibida en esta reserva cercana al Santuario de Fauna y Flora Malpelo, una isla reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
"Esta embarcación estaba tripulada por tres personas de nacionalidad ecuatoriana y en su interior se encontró pesca ilegal. Dentro de esta pesca ilegal se encontraron especies protegidas y prohibidas (para la comercialización)", explica el capitán Diego Gil, al mando del ARC 7 de Agosto.
La Armada calcula que hasta este año ha incautado por lo menos 5.800 kilogramos de pesca ilegal en el Pacífico colombiano.
- Al acecho -
Los uniformados capturaron a los tres pescadores ecuatorianos para ponerlos a disposición de la Fiscalía al tocar tierra.
En Colombia el debate sobre la pesca ocasional o intencional de algunas especies de tiburones está abierto. El gobierno permite desde enero ese tipo de cacería a comunidades que viven de la pesca artesanal pese a reclamos de los ambientalistas.
Sin embargo, los ecuatorianos tendrán que responder ante la justicia y los tiburones serán confiscados por una entidad ambiental.
Históricamente otras embarcaciones de Panamá y Costa Rica acechan este lugar. Antes lo hicieron los chinos, que han sido ahuyentados por las autoridades y oenegés que impiden sus actividades.
Colombia, sede de la COP16 de biodiversidad para este año, es uno de los países más ricos en fauna marina del mundo por sus extensos territorios en el Pacífico y el Caribe.
Das/lv/ag