Cuando tenía 19 años consiguió un trabajo vendiendo cursos de inglés por teléfono y, si bien no había uno en su casa, decidió que eso no sería un impedimento para lograr su objetivo.
Flavio Augusto da Silva vivía en Río de Janeiro y sus padres no tenían línea telefónica.
Es que en el Brasil de 1991 eso era un lujo. Su familia no contaba con los US$960 que valía la instalación del servicio y, aunque hubiesen tenido el dinero, había una lista de espera de dos años.
Como los celulares seguían siendo un artefacto casi futurista para la mayor parte de la población, Da Silva tuvo que buscar una solución para poder hacer su trabajo.
Entonces se le ocurrió la idea de utilizar los teléfonos públicos que existían en el aeropuerto de Santos Dumonty transformar el terminal aérea en su nueva oficina.
Hoy el emprendedor tiene su propia escuela de inglés, Wiser Education, con ventas anuales de US$113 millones. Y su fortuna personal está estimada en US$300 millones.
"No tengo ninguna duda de que encontré mi destino en ese aeropuerto", dice el empresario de 46 años.
No hablaba inglés
Cuando comenzó el desafío de las televentas, Da Silva se dio cuenta que tenía habilidades para vender cursos de inglés a pesar del incesante ruido del aeropuerto.
Rápidamente se convirtió el director comercial del negocio y cuatro años más tarde tomó la decisión de crear su propia escuela.
Las claves de los emprendedores exitosos para convertir un negocio pequeño en una gran compañía
"Sentí que estaba listo", cuenta. "La compañía donde trabajaba no estaba dispuesta a hacer las inversiones necesarias para mejorar la calidad de los cursos. Conocía el producto y sabía que podía lograrlo".
"Conocía el producto y sabía que podía lograrlo".
Sin embargo, el emprendedor tenía que vencer dos grandes obstáculos.
El primer desafío era que, a pesar de tener habilidades para vender cursos de inglés, apenas conocía un par de palabras de ese idioma.
El segundo era que, como no podía conseguir un préstamo bancario, tuvo que utilizar los US$5.500 de su línea de crédito pagando una alta tasa de interés.
Su apuesta dio en el blanco
Da Silva contrató a 18 personas para que desarrollaran materiales pedagógicos y una metodología propia, apostando a que tendría suficiente demanda como para no irse a la quiebra en pocos meses.
Lanzó al mercado su escuela de inglés de negocios Wise Up, dirigida a un público distinto al de las otras compañías brasileñas dedicadas a la enseñanza de idiomas.
En esa época, la mayoría de los institutos tenían el foco puesto en los niños y en los viajeros que se iban de vacaciones al exterior. Su idea fue crear un curso para los adultos que buscaban trabajo.
"En esos años había muchas compañías internacionales instalándose en Brasil y por lo tanto el inglés iba a ser un requisito en el proceso de selección", cuenta el empresario.
Su apuesta dio en el blanco. Aunque Brasil pasaba por un momento económico difícil, con una tasa de inflación de 148% en 1995, cerca de 1.000 personas se inscribieron el primer año.
Tres años después, Da Silva tenía una red de 24 escuelas en distintas ciudades del país y en 2012 introdujo el modelo de franquicias, una estrategia que le permitió abrir 400 sucursales.
Cuando llegó a ese punto de crecimiento, el empresario decidió que ya había hecho su trabajo en la compañía y se fijó nuevos horizontes.
"Me veo como un constructor", afirma. "Quiero construir un proyecto exitoso y luego proponerme un nuevo desafío". Ese mismo año vendió Wise Up al grupo brasileño Abril por US$240 millones.
Inversionista en el fútbol
Su próximo desafío fue el mercado del fútbol.
En 2013 invirtió US$120 millones para convertirse en el accionista mayoritario del club Orlando City, poco antes de que el equipo entrara a la Major League Soccer, la liga más importante del fútbol estadounidense.
En los últimos años el valor del club ha crecido. Actualmente el Orlando City está valuado en US$490 millones; es uno de los equipos más valiosos de la liga.
Una de las razones por las que el emprendedor eligió ese equipo fue porque Orlando es uno de los destinos turísticos más populares para los brasileños.
¿Y qué pasó con Wise Up?
Luego de vender la escuela de inglés, Da Silva no mantuvo ninguna relación con la empresa. Pero como los nuevos dueños estaban perdiendo dinero, le ofrecieron vendérsela por menos de la mitad del valor al que él se había desprendido de ella. El empresario aceptó la oferta.
Bajo su liderazgo, la firma comenzó a expandirse nuevamente. Hoy posee 440 escuelas en Brasil, Argentina, Colombia y México, manejadas por el grupo asociado Wiser Education.
Y Da Silva se ha propuesto la meta de tener 1000 sucursales en América Latina en 2020.
El analista de negocios Ricard Motta dice que Da Silva tiene reputación de ser un "emprendedor audaz" que hizo crecer rápidamente su compañía porque "planifica sus pasos con anticipación".
Aunque suele estar ocupado con su negocio de idiomas y su club de fútbol, Da Silva mantiene actualizado un blog llamado "Valuation Generation", cuyo objetivo es dar consejos e incentivar a los jóvenes que quieren convertirse en emprendedores.
"Veo mi trayectoria como una prueba de que todos son capaces de lograrlo", dice.
"No me siento mejor que los demás. Solo se trata de aprender cómo hacerlo".
Por Luana Ferreira
BBC MundoTemas
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