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Ante la falta de jardín, el sueño de la pileta propia muchas veces puede desagotarse en la terraza, sobre todo si se piensa en un proyecto que la equipe con funcionalidad. Pero no se trata solo de deseo, ya que requiere contemplar varios factores:
- El primer paso: Llamar a un profesional (de ingeniería, arquitectura, o dirección de obra) que pueda comprobar si la estructura disponible –tanto de la terraza como de la vivienda en general– puede soportar la instalación y el peso de una pileta sin causar fisuras, deformaciones, desmoronamientos u otros problemas.
- Definir el diseño según esa capacidad de carga: una terraza de acceso privado debe tener una resistencia de 300kg/m2, mientras que una terraza ‘donde pueden congregarse personas necesita 500kg/m2 según el Reglamento CIRSOC 101 de cargas permanentes y sobrecargas mínimas de diseño para edificios y otras estructuras. En ese cálculo se debe considerar el peso de la nueva estructura (de hormigón, fibra de vidrio, PVC, acero), su revestimiento, el volumen agua y los equipos (filtros, conexiones o jets, por ejemplo).
- Chequear filtraciones. ¿Cómo hacerlo? Llenando y vaciándola varias veces, y dejándola llena de agua por el tiempo que considere el profesional para chequear que no haya escapes. Una vez limpia la pileta, revisado su estado y hechos los arreglos necesarios, se debe impermeabilizar para evitar futuras filtraciones.
- Definir el revestimiento. Las opciones son muchas: azulejos, piedra, pintura acrílica, microcemento, porcelanato o gresite.
- Estudiar bien la ubicación. Si la pileta se hace de cero, es fundamental conocer el recorrido del sol y ser concientes de la sombra que pueden proyectar la propia vivienda, casas o edificios vecinos, medianeras o árboles cercanos.
Versión mini en un piso 20
En un dúplex de Belgrano, el Estudio Licia Falicoff fue el encargado de diseñar la planta superior como multiespacio para la pareja dueña de casa. En el exterior de medidas acotadas, instalaron una mini piscina. Pero antes, reforzaron la terraza con malla metálica y aislación hidrófuga. El otro desafío fue logístico, ya que subirla hasta el piso 20 no fue simple.
“Teníamos que asegurarnos que estuviera bien aislado ante un posible desborde o problema de desagote de la propia terraza”.
“Diseñé esa tarima para que el jacuzzi no estuviera simplemente apoyado sobre el piso. Continúa visualmente el deck, todo hecho en madera natural –incienso envejecido–, y propone diferentes sectores: bancos, mesa, solarium”.
La losa, chequeada
Tras 15 años de disfrutar su casa de Punta Chica, Marita Scurci –creadora de Ritta Estudio– y su familia emprendieron una ampliación que incluyó una tercera planta. Por la envergadura de la obra, la necesidad de chequear la resistencia de la losa era evidente, y de ese análisis surgió el ok para hacer un playroom, la terraza transitable y esta pileta.
“Sabíamos que la losa era lo suficientemente resistente, ya la habíamos preparado para una futura expansión”, cuenta la dueña de casa, que asegura que esta pileta quedó casi para uso exclusivo junto a su marido, mientras que los hijos disfrutan más la del jardín, que tienen desde el inicio.
Diseño y entorno verde
Reforzar la sensación de estar en una casa fue uno de los objetivos de la arquitecta Carola Moris –cofundadora de estudio MeMo–, y Juan Pedro Rubio, arquitecto y socio del estudio Cubero Rubio, al adaptar este duplex a las necesidades de su familia.
“La pileta no apoya sobre el deck, la idea era que quedara un volumen más liviano visualmente, gracias a la sombra que se genera por debajo de ese espesor de borde”.
Además, como las medianeras del edificio son bajas, de acuerdo al código urbano, buscaron otra solución: junto a la paisajista Sabrina Martín, instalaron tubos que hacen de sostén para las plantas y dan un marco diferente. “De esa manera generamos un ritmo visual –cortando el blanco de la pared–, marcamos un entorno verde y dimos más altura a la medianera logrando así también más privacidad”.
Resistencia garantizada
La reubicación de ambientes en la planta baja facilitó un desenlace que se disfruta al máximo en verano: en su PH de Parque Chas, el arquitecto Alejandro Yáñez Ayala –al frente de Maya Estudio–, construyó una pequeña pileta de material en la terraza. Eso fue posible gracias a que, para reubicar un baño –que quedó justo abajo de la piscina–, debieron reforzar las estructuras.
Con la seguridad de que el techo podía soportar el peso de la pileta, sumaron una solución que beneficia a toda la casa: el piso con baldosas atérmicas que contribuye con la aislación de la planta baja. Un volumen con techo verde, una pérgola y un living terminan de formar el entorno perfecto en el nuevo sector de la casa.
Visible y con confort
La terraza de esta unidad del proyecto Pont Bleu, diseñado por el Estudio Abramzon, daba la oportunidad de personalizarla para cada usuario. En este caso, el arquitecto Guido Cammilli –del estudio Chausovsky-Cammilli–, planteó una terraza verde (Greentec) y una pileta que rodearan al SUM vidriado.
Para empezar, las múltiples capas que requiere el techo verde (para evitar filtraciones) se aplicaron a toda la superficie de la terraza, incluidos el quincho y la pileta.
En cuanto al diseño de la pequeña piscina –ubicada en el lateral que recibe más sol–, eligieron un acceso por escalera y la revistieron en Travertino sin taponar para que la superficie fuera más rugosa y así prevenir resbalones. Además, tiene jets de hidromasaje, luces interiores y colector solar para templar el agua y prolongar el uso durante el año.
Reciclada
Aprovechar la terraza fue una de las metas que los arquitectos Virginia Badino y Gustavo Losa se pusieron para la reforma del PH de Mariana Badino, creadora de Bonhomía Haus. La vivienda ya tenía una pequeña piscina de 3,5m2 que sometieron a diferentes pruebas antes de decidir conservarla.
“Trabajamos junto a un ingeniero para chequear la estructura, la resistencia y el estado de todo, y dio el OK. Después, constatamos que no hubiera filtraciones: la llenamos y vaciamos varias veces, la dejamos llena por unos días. Como estaba bien, la limpiamos e impermeabilizamos”, nos explica Virginia. Por último, la pintaron de blanco por dentro y revistieron el exterior con piedra ‘Bali’ (Syria Cerámicos).
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