Reunión del Mercosur: bajar la tensión con Uruguay y un acuerdo con Brasil por aranceles, objetivos del Gobierno
A un mes de la discusión entre Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou, hoy se buscarán puntos de acuerdo
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Un mes después del áspero contrapunto verbal entre el presidente Alberto Fernández y su par de Uruguay, Luis Lacalle Pou, en torno a la “flexibilización del Mercosur”, cancilleres de ambos países planean escenificar una “tregua” en el vínculo diplomático, sin resolver esta ni otras cuestiones de fondo que seguirán siendo incómodas espinas en el bloque regional.
La reunión de cancilleres del Mercosur, prevista para este lunes luego de una postergación obligada por la Cumbre Climática del jueves pasado, tiene como tema obligado la propuesta de Uruguay para permitir los acuerdos bilaterales con terceros países, esbozada por Lacalle Pou en la reunión virtual de presidentes del 26 de marzo, y contestada en duros términos por el Presidente, quien dijo que la Argentina “no quiere ser lastre para nadie”, en respuesta a su par uruguayo.
Según cuentan a ambos márgenes del Río de la Plata, los ánimos se calmaron desde entonces, y tanto Fernández como el canciller Felipe Solá enviaron señales de distensión, incluidas las charlas de este último con los embajadores de países miembros, horas después del intercambio virtual.
Luego de aquellas charlas, transmitidas por los diplomáticos a sus presidentes, la idea de la Cancillería es la de ofrecer una postal de “unidad”, mientras del lado uruguayo insistirán con el derecho a negociar acuerdos extra-Mercosur, pero sin confrontar. “Seremos firmes, pero sin ir al choque”, afirmaron a LA NACION fuentes de la diplomacia oriental, sin demasiadas esperanzas de lograr un avance sustancial en el encuentro del lunes, y a la espera de mejores tiempos.
“Conocemos sí, definitivamente, las dificultades que enfrentamos, pero aspiramos (…) a que esto se transforme en una modernización del Mercosur. Reivindicamos nuestra pertenencia al bloque, pero aspiramos a que se modernice”, sostuvo días atrás el canciller Francisco Bustillo, citado por el semanario Búsqueda. Puertas adentro, desde el gobierno de Lacalle Pou creen que el momento para impulsar la flexibilización llegará en julio, cuando Brasil reemplace a Argentina en la presidencia pro tempore del bloque común.
Más allá del contrapunto, minimizado por Lacalle Pou a LA NACION en una entrevista posterior, Uruguay se muestra incómodo no solo en relación a la “efectividad” del Mercosur -hoy representa un 2 por ciento del comercio mundial- sino en el vínculo comercial bilateral, con una balanza comercial claramente desfavorable con Argentina desde hace años y un proceso de “ralentización” en el intercambio en rubros como el textil, en el que Lacalle Pou tiene cifradas esperanzas de despegue.
Uruguay coincide, además, con el principal reclamo que traerá Brasil, el segundo eje de la cumbre de cancilleres: la necesidad de bajar el Arancel Externo Común, los impuestos que hoy cobra el bloque por la entrada de productos extranjeros, que hoy llega al máximo de 35 por ciento en algunos casos, y tiene un promedio de 12 por ciento, más del doble del promedio mundial.
Ideología
En la Cancillería ven con buenos ojos que Brasil haya abandonado parcialmente una postura que definen como “hiper ideologizada”. Luego de pedir una rebaja del 50 por ciento en los tributos actuales para todos los productos, el gobierno de Jair Bolsonaro redujo sucesivamente a 20 y a 10 por ciento esa pretensión.
Argentina, por su parte, llevará una inédita propuesta de bajar a 0 el arancel de 2000 productos relacionados con insumos. “Ellos dicen de bajar todo 10 puntos para evitar ganadores y perdedores. Creemos que es al revés: si lo aceptamos, habrá algunas industrias que perderán poco y otras que se verán perjudicadas”, afirman desde la Cancillería. Un acuerdo para una “baja moderada” de ciertos aranceles aparece en el horizonte, aunque desde la diplomacia nacional prefieren ser cautos. “Se va a hablar el lunes”, comentan, y destacan que el carácter privado de la reunión -sin transmisión en vivo- facilitará las discusiones y eventuales acuerdos.
Brasil y Uruguay juegan en tándem, ya que el gigante sudamericano -con Paulo Guedes en el Ministerio de Economía- sostiene su política de apertura de la economía a pesar de la pandemia y rechaza el “proteccionismo” que adjudica a las decisiones del gobierno argentino en relación con el comercio regional.
“Quisieron avanzar con Corea del Sur y no pudieron, porque la realidad impone límites y con la pandemia todos se están cerrando”, puntualizan desde la diplomacia nacional, desde donde cuentan a Paraguay como “aliado”, tanto en el “no” a la flexibilización como en la idea de frenar una baja abrupta de impuestos. “No queremos abrirnos al mundo, queremos conectarnos con el mundo”, dijo Jorge Neme, secretario de Relaciones Económicas Internacionales, durante las reuniones preparatorias de coordinación para el encuentro, del que también participarán, por Argentina, los ministros Martín Guzmán (Economía), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y Luis Basterra (Agro).
“Creemos que es el momento de unirnos más que nunca, de ir mirando con prudencia dónde podemos ayudar. No es el momento de cortarse solos. Esa es la idea que vamos a llevar el 26 a la reunión de cancilleres del bloque”, concluyó Solá días atrás, en un encuentro organizado por la Fundación Embajada Abierta, que preside el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello.
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