Grandes figuras de Hollywood debieron enfrentarse al dolor más grande de sus vidas, pero lograron reconvertir la angustia en recuerdos inspiradores dejados por sus descendientes
Cuando murió su hija Charlotte, el actor Pierce Brosnan expresó: “La vida dio un brusco giro de la noche a la mañana”. El irlandés se enfrentó a la pérdida de “la luz de sus ojos” años después del fallecimiento de su esposa. Su historia, como la de otras figuras de Hollywood, son un ejemplo de resiliencia y, de todas ellas, se desprende la necesidad de mantener vivo el legado de los hijos y de resignificar el dolor.
*Paul Newman
El joven Scott Newman nació en el seno de un hogar roto. Tanto él como sus hermanas, Susan y Stephanie, sufrieron enormemente los coletazos de la disolución del matrimonio de su padre Paul con su madre, la también actriz Jackie Witte, quienes se divorciaron en 1958 luego de que el actor de El color del dinero se enamorara de su colega Joanne Woodward.
Según la información recabada por el actor y director Ethan Hawke para su excelente documental, Las últimas estrellas de cine, la ruptura dejó devastada a Witte, y a sus tres hijos como testigos, ya que Paul no era un padre muy presente cuando empezó su vínculo con Joanne, con quien se casó en 1958. Desde ese momento, la relación entre Paul y Scott siempre estuvo sobrevolada por las recriminaciones y las tensiones, y la situación se agravó cuando su hijo empezó a consumir drogas y a desaparecer por semanas enteras.
“Todo el mundo asume que tengo mucho dinero, pero no tengo un centavo”, llegó a decir el joven en una oportunidad. Su padre, en tanto, procuraba ayudarlo pero también luchaba contra su propia adicción al alcohol, por lo que su hijo quedó relegado por mucho tiempo. De hecho, Newman buscaba la forma de hacer catarsis a través de sus interpretaciones en films con ecos autobiográficos como 500 millas, que mostraba la relación espinosa entre un padre y su hijo, a quien convocó para colaborar en la pantalla grande.
“No quiero que me ayude en esto, quiero conseguir trabajo como actor por mis propios méritos”, declaró Scott tras formar parte del film El carnaval de las águilas, en 1975, año en el que fue arrestado por golpear a un policía. “Es un infierno ser su hijo”, declaró Scott cuando le consultaron por su padre. “Todos esperan que me comporte como él o que se los presente. Los guiones que Hollywood me da son, en realidad, para que terminen en sus manos. Soy ‘Paul Newman Jr.’, pero sin sus ojos azules ni su talento. Tampoco tengo su suerte, no tengo nada. Ese soy yo. Solo tengo el nombre”. Un día, Scott volvió a desaparecer cuando no pudo soportar las consecuencias de un accidente que tuvo con su moto, entre ellas, la adicción a los analgésicos.
El joven se internó en una clínica psiquiátrica, pero salió al poco tiempo y pagó una habitación en un hotel de Los Ángeles, donde mezcló alcohol y drogas con resultado fatal. Scott Newman murió el 20 de noviembre de 1978 de una sobredosis, a los 28 años. Cuando Paul habló, lo hizo de manera sucinta y desgarradora: “La culpa que siento por la muerte de mi hijo va a permanecer conmigo durante el resto de mi vida”. Años más tarde, en sus memorias, hizo un gran trabajo de introspección que lo llevó a asumir que había sido un padre ausente en años clave de la vida de Scott.
“Nunca se me pasó por la cabeza que él no quisiera ser como yo, nunca le pregunté qué quería hacer ni le dije que estaba todo bien si se negaba a compartir algo, como el automovilismo, que quizá no le gustaba tanto como a mí. Muchas veces me puse de rodillas y le pedí perdón. Le pedí perdón por esa parte de mí que lo impulsó a su propia destrucción”, agregó el actor que creó una fundación a nombre de su hijo para prevenir el consumo de drogas. “Debemos tener las vías de comunicación siempre abiertas, y yo no sé si hice eso con mi hijo”, expresó Newman, quien falleció el 26 de septiembre de 2008, a los 83 años, a causa de un cáncer de pulmón.
*Robert Redford
A sus 87 años, Robert Redford disfruta estar alejado de los reflectores y reaparece solo cuando una película lo motiva a retomar la actuación. Mientras tanto, permanece abocado a la pintura, en una calma que se volvió aún más necesaria cuando sufrió un golpe durísimo, el 16 de octubre de 2020: la muerte, a los 58 años, de su hijo James. El hombre, fruto del matrimonio del actor con Lola Van Wagenen, compartía con su padre la pasión por el cine y, de hecho, se terminó volcando hacia la dirección. Además, era activista por el cuidado medioambiental, una persona apasionada y afectuosa con su papá, con quien siempre posaba orgulloso en cada evento al que asistían juntos.
Un día llegó el cimbronazo. En una jornada que parecía normal, James empezó a sentirse mal y acudió de inmediato al médico. Tras realizarse una serie de estudios, le dieron el diagnóstico: cáncer de hígado. El realizador no bajó los brazos y le dio pelea a la enfermedad, pero no logró combatirla y, en plena pandemia, su padre recibió el peor llamado.
“El dolor que sentimos no puede medirse. Jamie era un hijo, esposo y padre muy amoroso. Su legado sigue vivo en sus hijos, en su arte, en su cine, en su pasión por cuidar el medio ambiente”, comunicó entonces Redford a través de su publicista. En la intimidad, la estrella de Hollywood enfrentaba un cuadro de angustia severo. Robert tenía un vínculo muy fuerte con su tercer hijo, con quien había fundado el denominado Redford Center, en 2005, con el objetivo de realizar films que pudieran “acelerar la justicia respecto a lo que sucede con el medioambiente y el cambio climático” y “encontrar soluciones y reparar los daños que estamos viendo”.
Entre las películas estrenadas se encontraban Watershed, Toxic Hot Seat y Playing for Keeps, todas ellas dirigidas por James, una persona de gran fortaleza, que además realizó el documental The Kindness of Strangers, que ponía el foco en cómo funciona la lista de espera para recibir órganos. El hombre, quien había recibido dos trasplantes a los 25 años debido a una enfermedad hepática (colangitis esclerosante), quería brindar esperanza a pacientes que aguardaban ser trasplantados.
Tras la muerte de su hijo, Redford repensó sus prioridades. Ahora vive en Utah con su esposa, la pintora alemana Sibylle Szaggars, quien lo motivó a dedicarse al arte. Así, un día, Robert empezó a trabajar en sus propios cuadros. “En este momento de mi vida me da mayor satisfacción pintar porque no dependo de nadie, estoy solo, dependo de mí, siempre me consideré más un artista visual que un actor, así que es como volver al principio, en ese lugar estoy ahora”, declaró el actor en una charla con el diario El País. “Me gustan las montañas, escalar, caminar, escuchar los ríos o el silencio de los bosques, el cielo abierto, el paisaje extenso”, añadió sobre este momento de su vida.
*Pierce Brosnan
“Perdí a una persona con la que compartía mi cotidianidad, me sentía abrumado, no sabía qué hacer, no sabía cómo atravesar el duelo”, contó el actor Pierce Brosnan al recordar la muerte de su primera esposa, Cassandra Harris, quien falleció de cáncer de ovario. “Era una mujer de una belleza increíble y nunca pensé que iba a poder pasar los 17 años de mi vida que estuve junto a ella”, añadió el irlandés, quien se había casado con Harris en 1980, y con quien tuvo un hijo en común, Sean. Al mismo tiempo, la mujer era madre de Charlotte y Chris, fruto de su relación con Dermot Harris, los pequeños que fueron adoptados por Brosnan cuando su padre biológico murió. De esta manera, Pierce, Cassandra, Sean, Charlotte y Chris se instalaron en California, donde la pareja comenzó a probar suerte en diferentes castings, ya que soñaban con ser grandes artistas.
La muerte de Cassandra, acontecida el 28 de diciembre de 1991, sumió al actor en una fuerte depresión. “Todo cambió de la noche a la mañana, la rutina dejó de ser la misma y la manera en la que veía la vida, también”, contó y remarcó: “Cuando lidiás con la muerte se despiertan muchas cosas, empieza a nacer ese miedo a otras pérdidas y vos mismo te enfrentás a tu propia mortalidad. Asimismo, recordó a Harris como una mujer que tenía “una energía contagiosa”, alguien “que te hacía pensar en la vida siempre considerando el lado luminoso, por eso la pérdida fue tan terrible para todos y fue aún más doloroso para mí verla en los ojos de mis hijos, allí estaban las consecuencias de su partida”.
Con el tiempo, Brosnan logró salir adelante gracias a la fuerza que también le daban sus hijos, y conoció el verdadero significado de la palabra resiliencia. Sin embargo, nada lo preparó para otro duro golpe. Veintidós años después de la muerte de Cassandra, su hija Charlotte le comunicó que estaba enferma. El 28 de junio de 2013, a sus 41 años, la mujer murió a causa de la misma enfermedad que le había arrebatado a su abuela y a su mamá. “Luchó con la misma humanidad y dignidad que su madre, nuestros corazones están con nuestra querida niña”, expresó Brosnan en ese momento tan doloroso.
Luego, volvió a enfrentar un cuadro depresivo que preocupó a su círculo íntimo. De acuerdo a testimonios de sus otros hijos, Charlotte era “la persona que le aportaba luminosidad, risas, y personalidad avasallante a la familia”. Una amiga de Pierce, en tanto, declaró: “Él me escribió un día para decirme que la memoria más intensa que tenía de Charlotte era su capacidad para hacerla reír en cualquier situación y que estaba devastado por no poder hacerla reír nuevamente”.
Cuando recuperó la fortaleza, el actor habló sobre esas dos devastadoras pérdidas con mucha candidez: “El ser testigo de cómo una persona que amás es carcomida por una enfermedad tan insidiosa es algo que no te abandona. Primero, sostuve la mano de mi esposa, y luego la de mi hija; me sentí tan aislado después que me mantuve en pie no solo porque sabía que debía hacerlo sino porque tenía que valorar a mi familia, y eso es lo que hago siempre con mi mujer (Keely Shaye Smith), mis hijos, mis nietos: somos una familia muy unida también por las fracturas que se generaron, por esas pérdidas que sufrimos”, expresó el ex James Bond.
*Sylvester Stallone
Respetar la memoria de Sage. Eso buscaba Sylvester Stallone cuando lo incluyó en una imagen de Creed, película por la que obtuvo el Globo de Oro. Sage Stallone era, en gran medida, una parte fundamental del universo Rocky -el joven debutó a los 14 años en cine en el papel de Robert Balboa Jr. en Rocky 5-, y también acompañaba a su papá en otros rodajes, como el de Infierno en el túnel, la película a la que fue convocado para una breve participación.
Sage fue el primer hijo del matrimonio de Sylvester Stallone con Sasha Czack, relación que no perduró. En 1997, “Sly” pasó por el altar por tercera vez con Jennifer Flavin y la familia se agrandó con la llegada de sus tres hijas: Sophia, Sistine, y Scarlett. La familia se ensambló de manera armónica, y Sage siempre mantuvo un excelente vínculo con sus hermanas. Cuando terminó la secundaria, le manifestó a su padre su deseo de estudiar cine en la universidad de arte de Carolina del Norte, y efectivamente así lo hizo. Con el tiempo, el joven empezó a incursionar en la actuación y luego le tomó el gusto a la dirección. Sage dirigió cortometrajes como Vic (por el que recibió un premio en el Festival de Cine de Boston) y The Agent. Esta última producción, estrenada en 2010, sería la última del joven, quien ese mismo año desapareció de la industria y de los medios.
La familia de Sage desconocía la razón por la que él se había vuelto un solitario, una persona que no podía superar su divorcio de Starlin Wright. Para mantenerse ocupado, el joven comenzó a trabajar para Grindhouse Releasing, una compañía dedicada a la restauración y preservación de films clase B. De esta manera, aunque ya no quería dirigir ni actuar, sí se aseguraba permanecer en el mundo de cine. A pesar de ello, esa reclusión en la que vivía en su casa de Studio City preocupaba a su familia porque podía pasar meses sin atender el teléfono.
El 13 de julio de 2012, la familia Stallone enfrentó un panorama desolador cuando Sage fue encontrado sin vida. Según el relato de la empleada doméstica del joven de 36 años, él le había pedido que no entrara a su habitación por ningún motivo, pero la mujer lo hizo a pedido de la madre de Sage, Sasha, quien presintió que algo no estaba bien porque hacía meses que no hablaba con su hijo.
Los amigos más cercanos del director declararon a la policía encargada de la investigación que Sage estaba “saludable y de buen humor” y que nunca lo habían visto consumir ninguna clase de sustancia, como trascendió inicialmente. “No parecía depresivo, estaba normal, estaba alegre”, contó una fuente. La autopsia despejó toda duda: el joven murió de un ataque al corazón causado por una obstrucción de las arterias, y no había rastros de drogas en su cuerpo. Sage Stallone murió en soledad y fue hallado tres días después de ese infarto. “No hay mayor dolor que el de un padre que pierde a su hijo”, expresó Sylvester Stallone y añadió: “Pido a la gente que respete la memoria de mi hijo y sienta compasión por su querida madre, Sasha. Sentiremos esta terrible pérdida el resto de nuestras vidas. Sage fue nuestro primer hijo y el centro de nuestro universo y pido humildemente a todos que dejen la memoria y el alma de mi hijo en paz”.
*Keanu Reeves
“Los que nos aman, nos extrañarán”, expresó en una ocasión Keanu Reeves, en diálogo con el presentador Stephen Colbert. El querido actor siempre fue muy sabio para pronunciarse sobre los duros momentos que le tocó vivir. De pequeño, sufrió el abandono de su padre y fue testigo de cómo su madre trasladaba a la familia de una ciudad a otra por problemas económicos que les impedían encontrar un lugar fijo en el que asentarse. Luego, recibió una dura noticia: su hermana Kim le comunicó que había sido diagnosticada con leucemia.
Sin embargo, a pesar de los golpes, Reeves siempre trató de mantener una actitud positiva, especialmente para que su hermana no baje los brazos. En esa misma época, en un concierto de su banda Dogstar en 1998, cruzó caminos con la actriz y asistente Jennifer Syme, y el flechazo fue inapelable.
La vida de Keanu mejoraba paso a paso. Al año siguiente de empezar su vínculo con la joven, ella le contó que estaba embarazada de una nena, a quien decidieron llamar Ava. Reeves y Syme se preparaban, así, para darle la bienvenida a la pequeña, con toda la ilusión del mundo. Ese proyecto de familia quedó trunco cuando Ava nació prematura y murió a las pocas horas.
El fallecimiento derivó en que tanto Keanu como Jennifer sucumbieran a la depresión, y el actor de Máxima velocidad habló al respecto décadas más tarde. “La gente tiene una idea inexacta de que podés lidiar con el duelo y decir: ‘Se fue y estoy mejor’. Están equivocados”, contó en diálogo con la revista Parade. Reeves no estaba hablando únicamente de la muerte de su niña sino también de la de Jennifer, quien murió en abril de 2001 en un accidente que provocó que su camioneta volcara. La joven murió con tan solo 28 años.
“La muerte de su esposa, Helen, es una de las bases de este papel. Yo amo el dolor de John, me relaciono con eso, y creo que es algo que nunca terminás de atravesar”, expresó Keanu sobre su reconocido personaje de John Wick que propulsó una saga inspirada (parcialmente) en las tragedias que vivió, aquellas sobre las que le llevó años hablar públicamente.
Cuando conoció a su actual pareja, Alexandra Grant, vio una luz, una puerta que se abría, y notó un cambio en su persona. “Alexandra fue una de las pocas personas en lograr que Keanu hable de sus emociones y de su pasado, estuvo tanto tiempo en un lugar oscuro, que la perspectiva luminosa de Alexandra y su apoyo fueron un factor clave para que Keanu cambie su vida”, declararon amigos del actor sobre la relación con la artista que “lo salvó”.
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