Las fricciones en su partido complican los planes de Evo Morales

Las fricciones internas del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, fueron limando las expectativas del encuentro convocado para hoy en Buenos Aires por el expresidente boliviano, refugiado en la Argentina, y que tiene como objetivo unir a su desarticulada agrupación de cara a las nuevas elecciones.

Inicialmente el exmandatario había llamado a una gran concentración partidaria en la frontera. Luego lo transformó en una asamblea en la capital argentina para elegir la fórmula de las próximas elecciones. Finalmente, la reunión que se hará hoy en el hotel Bauen (Callao 360) tendrá como principal objetivo establecer el día y el lugar para designar los candidatos del MAS para las elecciones, que aún no tienen fecha.

Al acto de hoy, previsto para las 10, fueron invitados cerca de mil dirigentes regionales y nacionales, pero ayer resultaba incierto el número final de concurrentes luego de que varias facciones de la organización mostraron su desacuerdo con que las máximas autoridades partidarias elijan la fórmula a 2700 kilómetros de Bolivia y a espaldas de las bases.

"Las cosas se arreglan en Bolivia y entre nosotros, no desde otro país", dijo al diario Página Siete Román Barrón, de la Federación Única de Trabajadores de Pueblos Originarios de Chuquisaca.

Después de 13 años y nueve meses en el poder, en los que ejerció plena hegemonía política, pese a haber sido elegido "jefe de campaña" Evo parece estar perdiendo influencia en su propio partido.

Uno de los sectores ausentes de la reunión será el ala "renovadora'', que controla el poder legislativo. "Mucho tiempo hemos aguantado una discriminación al interior del partido y es ahora que tenemos que reivindicarnos, y nuestro presidente [Morales] debe reflexionar'', dijo la diputada Concepción Ortiz.

Tampoco irá al encuentro el sindicato campesino de La Paz, que ya eligió de forma "innegociable" a su propio candidato por el MAS: el excanciller David Choquehuanca, de origen aymara, como el propio Evo. La agrupación dijo que no permitirá la "intromisión ni imposición de ninguna rosca ni élite en la designación de candidatos''. Varias organizaciones vecinales afines al MAS de la ciudad de El Alto, uno de los bastiones leales a Evo, también anunciaron que no viajarán a Buenos Aires.

Estos sectores críticos culpan de la caída del expresidente a una "rosca'' que se consolidó en el gobierno en los últimos años, dijo el presidente de los diputados, Sergio Choque. Y los analistas diferencian también a Evo de su círculo más cercano.

"Los que se llaman el 'ala oprimida' del MAS rechazan al entorno 'blancoide' que acompañó a Evo en el poder y ahora sigue junto a él en Buenos Aires. La realidad es que fue un presidente indígena rodeado de funcionarios 'blancos' y urbanos como el exvicepresidente Álvaro García Linera [actualmente refugiado en la Argentina junto a Evo] y al exministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana [refugiado en La Paz]", explicó vía telefónica a LA NACION el politólogo Carlos Cordero.

Quintana es uno de los nueve refugiados en la embajada de México en La Paz a quien el gobierno de Jeanine Áñez acusa de "sedición y terrorismo", y se negó otorgarle salvoconducto por haber participado en las protestas que derivaron en la muerte de 35 personas.

"Todo el sector del 'ala oprimida' apoya a Choquehuanca, y no se puede descartar que el MAS vaya dividido a las elecciones, que estas agrupaciones lleven su propia candidatura", dijo Cordero.

Por ahora, el expresidente se mostró partidario de impulsar la postulación de Andrónico Rodríguez, un joven dirigente cocalero de 30 años.

Evo renunció el 10 de noviembre en medio de protestas que lo acusaron de montar un fraude para ser reelegido por un cuarto mandato, luego de perder el apoyo de la policía y las Fuerzas Armadas. Él denunció que fue víctima de un "golpe de Estado" y se refugió inicialmente en México. Después viajó a la Argentina, donde hace declaraciones públicas.

La nueva administración boliviana y varios sectores políticos rechazan la teoría del golpe y alegan que se trató de una "rebelión popular'' contra el autoritarismo y el fraude electoral que destapó la Organización de los Estados Americanos (OEA).

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