MotoGP: Fabio Quartararo, el campeón al que nadie le discute la corona, y otra victoria sin sobresaltos
El piloto de Yamaha se impuso en Sachsenring, Alemania y aumentó la brecha en la carrera por el título con la caída de Peco Bagnaia (Ducati) y la inestabilidad de Aleix Espargaró (Aprilia)
LA NACIONEn la mitad de la temporada se quedó sin rivales. Con 11 carreras desarrolladas y una decena por delante, Fabio Quartararo se encamina al bicampeonato de MotoGP. La fiabilidad del piloto francés y la superioridad que enseña Yamaha, sin ser la moto más veloz del parque, descubren un beneficio extra en el calendario: Francesco Peco Bagnaia, el enemigo, protagonizó una nueva caída y empieza a despedirse de pulsearle la corona al Diablo; Aleix Espargaró (Aprilia), que lo escolta a 34 unidades en la carrera por el cetro, perdió el podio en Sachsenrig, escenario del Gran Premio de Alemania. Un malestar físico que lo aquejó durante todo el fin de semana resultó el adversario oculto, al que también logró vencer.
Al igual que en Montmeló, dos semanas atrás, Quartararo manejó desde la Curva 1 a la bandera a cuadros en soledad. La persecución que intentó el poleman Bagnaia, después de perder el liderazgo en la partida, apenas se extendió durante cuatro giros, cuando Pecco fue al suelo y sumó la cuarta rodada en 11 fechas. Los rivales desaparecen en el mapa del Diablo, que empezó el año con algunas dudas -hasta analizó marcharse de Yamaha al término de la temporada-, aunque fueron despejadas por la habilidad del francés, la reacción del team y la inestabilidad del resto. Entre Quartararo y aquellos que asomaron la cabeza para pulsearle el mando hay un abismo.
Lo mejor del GP de Alemania
Si Bagnaia, el vice campeón de 2021, se insinuaba como el enemigo, el italiano se encargó de neutralizarse con las caídas. El regreso de Marc Márquez nunca llegó a convertirse en una amenaza, porque el físico del catalán dejó fuera del combate al séxtuple campeón de MotoGP. La idea de que Álex Rins y Joan Mir se erigieran como aspirantes a la corona se derrumbó cuando Suzuki anunció que se retirará de la categoría al finalizar el calendario. Hasta Enea Bastianini (Ducati, de Gresini Racing), ganador de tres citas, desaparece del top-ten y esa irregularidad le impide asustar el liderazgo al francés.
La estadística muestra a Aleix Espargaró como el retador: ganó por primera vez en MotoGP en el GP de la Argentina, en Termas de Río Hondo, y marcar podios acompañaban el sueño del piloto de Aprilia. Pero el error en el GP de Cataluña -creyó que la carrera había terminado, pero faltaba un giro y se retrasó de tercero a quinto- y la derrota ante Jack Miller ahora en Alemania dinamitan aquella ilusión y liberan la carrera de Quartararo hacia el título.
Sachsenring no es de los circuitos preferidos para Quartararo, que con una elección de neumáticos que sorprendió al resto y a su propio equipo demostró que no solo maneja, también es un líder táctico. Mientras la mayoría optó por el neumático duro trasero, el campeón escogió el medio. Joan Mir y Pol Espargaró (Honda) copiaron la estrategia, pero lejos estuvieron del rendimiento del francés. “Me gusta ser diferente. Todo el mundo iba con duro y sabía que si queríamos hacer la diferencia teníamos que elegir algo distinto. El ritmo fue más bajo para todos, pero estuve más cómodo con la elección”, dijo, quien cuando el ingeniero de Michelin -proveedor de los neumáticos- informó al equipo de la elección, el jefe de mecánicos se quedó mirándolo, incrédulo. “La decisión ya estaba tomada”, agregó, con una sonrisa.
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