Heredera de Jane Austen, murió la escritora británica Fay Weldon a los 91 años
Feminista de la primera ola, retrató la vida de las mujeres en el Reino Unido con mordacidad y cierto toque punk; escribió más de treinta novelas, obras de teatro, guiones para televisión, ensayos y cuentos
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Daniel Weldon, el segundo hijo de la escritora británica Fay Weldon (su nombre era Franklin Birkinshaw), confirmó hoy que su madre ha muerto, a los 91 años, en una clínica en Northampton. Autora de más de treinta novelas, y de obras de teatro, guiones para televisión, ensayos y cuentos, Weldon retrató la vida de las mujeres en el Reino Unido con mordacidad, encanto y cierto toque punk. Feminista de la primera ola, creó personajes femeninos contestatarios, rebeldes e intrépidos. Se ha dicho que su obra es heredera de la de Jane Austen, una de sus escritoras favoritas (Weldon adaptó para la BBC Orgullo y prejuicio en 1980) junto con las hermanas Brontë.
"If you want a cosy read there's any amount of literature. But who wants to read it?"
— BBC Radio 4 (@BBCRadio4) January 4, 2023
The wonderful writer Fay Weldon, author of more than 30 novels, has died.
In 1980, she joined Roy Plomley for her Desert Island Discs.https://t.co/kV0VVnseO4
Había nacido en Worcester, al norte de Londres, el 22 de septiembre de 1931 y vivió los primeros años en Nueva Zelanda. Su padre era médico y su madre, una novelista que firmaba con el seudónimo de Pearl Bellairs. Se divorciaron cuando la niña tenía cinco años, lo que hizo que Weldon creciera en una familia de mujeres (hermana, madre, abuela y tías) y que provocaría, como narra en su autobiografía Auto da Fay, de 2002, no pocos conflictos con el mundo masculino. Weldon estudió Filosofía Moral, Ciencias Económicas y Psicología en la Universidad de St. Andrews en Escocia. En 2001 recibió de manos de la reina Isabel II el doctorado honorífico por esa casa de estudios.
Publicó su primera novela, de carácter autobiográfico, The Fat Woman’s Joke, en 1967, donde recrea en clave de sátira la relación con su primera pareja, veinticinco años mayor que ella, y de quien se había separado en 1959 (luego de que Ronald Bateman le insinuó que debía prostituirse con sus amigos). En 1964 conoció a su segunda pareja, el músico de jazz Ronald Weldon, con quien tuvo tres hijos y cuyo divorcio concluyó apenas ocho horas antes de la muerte del trompetista, en 1994. Su tercer marido fue el poeta Nick Fox, que murió en 2020.
Para ganarse la vida y por placer, Weldon escribió más de cincuenta obras para la radio, el teatro y la televisión, incluso con personajes de novelas de Thomas Hardy (Tess), Gustave Flaubert (Emma Bovary) y Emile Zola (Naná). También fue profesora de escritura creativa en universidades. “Si un estudiante me dice que quiere ser escritor, es una mala señal, pero si me dicen que tienen una idea y quieren escribir una novela, eso es otra cosa -dijo en 2019 al diario español La Vanguardia-. Escribir libros no es una cualidad inherente a la persona, es algo que alguien hace”. Y reveló que era “adicta” a la escritura desde la infancia.
En español se publicaron varias de sus novelas: Amigas, Praxis (finalista del premio Booker en 1979 y en la que una mujer interpreta los roles de esclava, prostituta, esposa, madre, escritora y líder feminista), la genial Vida y amores de una maligna (que tuvo una continuación acaso menos genial en 2017), Energía vital y Las reglas de la vida. Hoy solo se las encuentra en librerías de usados. La BBC adaptó Vida y amores de una maligna para la televisión en 1986, y tres años después apareció una versión cinematográfica dirigida por Susan Seidelman y protagonizada por Meryl Streep y Roseanne Barr.
Weldon protagonizó algunos escándalos mediáticos, como cuando sugirió que solo un 60% de sus declaraciones a la prensa habían sido verdaderas, o al afirmar que la violación no era lo peor que le podía pasar a una mujer. Al ser acusada de traidora a la causa por las feministas, respondió que ella era la única feminista auténtica del Reino Unido y que las demás estaban “fuera de onda”.
Se tomó con humor su exigua cosecha de premios literarios. “Mis oraciones son demasiado cortas -le dijo a The Guardian en 2009- y si quieres ganar premios y que te tomen en serio como escritor, tienes que eliminar todos los chistes”. En esa misma entrevista reveló una de sus mayores aspiraciones: “Por supuesto que lo que quieres es admiración universal todo el tiempo. ¿No les pasa lo mismo a todos?”.
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